Euskadi-India

Es lo que toca, los lazos económico-financiero-empresariales entre nuestro pequeño gran país y el inmenso subcontinente indio son cada vez más estrechos y profundos, gracias en buena parte al prestigio de nuestras industrias auxiliares de la automoción.

Un diario madrileño señalaba el domingo pasado que la empresa india Mahindra ha comprado el 13,5% de la empresa vasca CIE Automotive, y que las dos empresas montarán en Bombay una división conjunta de componentes (forja y estampaciones), que será controlada por CIE Automotive.

En opinión del presidente de CIE Automotive, Antón Pradera, “se trata de un mercado, el indio, que pasará de 3 a 10 millones de coches anuales en los próximos años, esto además del amplio mercado del resto del sur de Asia”.

Uno que no lee mucho tiene una idea de la India como un país de pordioseros que adoran a las vacas, y violan impunemente a las mujeres a plena luz del día. Y el kamasutra, y los marajás en sus palacios de ensueño, y los trenes abarrotados de viajeros, cabras y bocadillos.

Pero resulta que además, los indios destacan como grandes gurús de las finanzas, las matemáticas y la informática; que la India tendrá este año un crecimiento anual de su PIB del 5,6%, y en 2014 del 6,3%, que ya no figura entre los países tercermundistas sino entre los “emergentes” como Brasil o casi como el gigante chino.

Y dicen que el tandem Euskadi-India en el sector de la automoción traerá consigo un efecto multiplicador de reclamo de las potencialidades del tejido empresarial de todo el estado español y el crecimiento de los intercambios entre los dos países.

Lo llaman globalización: capital financiero y tecnología e innovación y mano de obra migratoria atraviesan fronteras y continentes y se asientan allí donde más les conviene, la solera y la denominación de origen de Euskadi en metalurgia y automoción sitúan a nuestro país a la altura de los países punteros, en una relación arriesgada, porque no sabemos quién va a salir ganando en el trato, si los indios o nosotros, porque no sabemos si esa globalización va a traer a Euskadi más empleo o va a trasladar los empleos de aquí a Bombay y aumentar las listas de desempleados entre nosotros.

En todo caso, la dichosa globalización nos impone unas reglas de juego totalmente nuevas, que tenemos que aceptar, y unos riesgos que intentaremos superar.

Pónganse al día, señores sindicalistas de Euskadi, para estar a la altura de las circunstancias. Entablen un diálogo, colaboración con los sindicalistas indios, igual que han hecho los empresarios vascos con los de allí. De los empresarios vascos quizá se puede reconocer que tienen mucho camino andado en temas de exportación y de mercado internacional. De la capacidad técnica y el buen hacer de los trabajadores vascos, tampoco se puede discutir.

O sea que, !a trabajar!

Honorio Cadarso es periodista