Es duro salir de la autocomplacencia

Las personas sólo vemos de nosotras mismas aquello que estamos preparadas para asumir. De ahí las resistencias ante cualquier idea que no se acomode a nuestras creencias, a aquello que pensamos sobre nosotras mismas o sobre el mundo. A esto hay quien le llama ‘mecanismo psíquico de protección’. Tal ‘mecanismo’ serviría para evitar que cualquier revelación a destiempo quiebre nuestro equilibrio emocional.

De modo que si no hay nadie ni nada que nos despierte, podemos dormir eternamente el sueño de la autocomplacencia, creyendo que todo en nuestra vida va bien, aunque un ‘algo’ interno, algo parecido a una voz, nos susurre de vez en cuando que esto no es así. El caso es que, si no estamos dispuestos a escuchar las voces ‘reales’ que nos vienen de fuera, mucho menos esta otra que, tan débil como es, fácilmente se puede confundir con el retazo de un sueño o con una alucinación.

Hace tiempo que no veía en televisión una tertulia entre políticos y periodistas. Digo por qué: estos espectáculos consisten generalmente en un duelo entre protagonismos dándole vueltas a las mismas naderías mientras se soslayan las cuestiones importantes. Asuntos como qué se va a hacer, cuándo y cómo para salir de la larga crisis en que nos encontramos y para dar solución a los sufrimientos de tanta gente que se están quedando sin vivienda, que difícilmente llega a fin de mes, cuyos derechos ciudadanos están cada vez más amenazados…

Y en estas llega Pablo Iglesias y su formación Podemos. El sábado lo vi por primera vez en acción en el debate televisivo que conduce Iñaki López en La Sexta. Sus contertulios de los partidos de ‘la casta’, como él los denomina, reaccionaban a sus palabras como si la malla del ‘mecanismo psíquico de protección’ se hubiera desintegrado de golpe y la revelación de sus miserias les estuviera electrocutando directamente los genitales.

Desconozco si las propuestas de esta nueva agrupación ciudadana son viables. Supongo que algunas más que otras. Pero por lo menos ha devuelto a mucha gente la esperanza de que otra forma de gestionar los intereses generales es posible. Y, lo que es más importante, ha supuesto un revulsivo en la política (no sólo en las izquierdas) que estoy convencida de que beneficiará a la ciudadanía y en especial a quienes más necesitan de la asistencia de las instituciones.

Como se suele decir: “Si haces siempre lo mismo, obtendrás lo mismo”. La irrupción de Podemos en la escena política demuestra el potencial movilizador de la ciudadanía, a pesar de las trabas que se intentan imponer desde el poder, con la necesaria ayuda de los medios de comunicación convencionales. Por lo que a mí respecta, a partir de ahora espero un futuro político más interesante con acciones diferentes y más audaces e imaginativas desde todas las instituciones políticas.

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Mertxe Arratibel es periodista en andra.eus