El yin yang y el Covid-19

No todo puede ser completamente oscuro y no todo puede ser completamente claro, o entre lo bueno siempre hay algo malo y viceversa. Y eso es lo que también ha pasado entre la calidad del aire atmosférico mundial y el coronavirus.

Circula por la red un chiste ya que en las más difíciles situaciones hay personas que no pierden el humor, lo que viene a confirmar lo que decía El Guerra cuando le presentaron a Ortega y Gasset y al preguntar por la profesión de este último cuando le dijeron que era filósofo y ensayista, el torero dijo, “es que hay gente pa too”. Bueno pues el chiste decía así: Mientras los Gobiernos de todo el mundo dicen: “No es posible atajar el cambio climático drásticamente”, el coronavirus que les oye le dice a un amigo “¿Que no ? ¡Sujétame el cubata!”.

Bueno, pues el punto blanco supone un respiro al planeta Tierra ya que desde la fecha de comienzo de la cuarentena y como consecuencia del parón que sufrieron tanto la industria como la circulación rodada y el consumo, principalmente, la naturaleza siempre agradecida con situaciones inéditas por otra parte –salvo circunstancias como estas o parecidas– se ha mostrado tremendamente agradecida. Y así ha ocurrido con la calidad del aire que respiramos ya que había que retrotraerse hasta más allá de donde alcanza la memoria para encontrarnos con una situación como la actual en Europa, Estados Unidos y hasta China.

Ciñéndonos a nuestra realidad más cercana que es el caso de Durango (Bizkaia),  en el momento de realizar este escrito  (21 de mayo de 2020) la situación inédita desde tiempos inmemoriales es como sigue:

ICA (Índice Calidad del aire)….. 42
Ozono…31
Dióxido de Nitrógeno…  7
Dióxido de azufre………  1
Partículas metálicas menores de 2,5 micras de milímetro….   42
Partículas metálicas menores de 10 micras de milímetros….. 26

Estos valores configuran la calificación de calidad del aire como de buena en una escala de calidades que se compone de: Bueno. Moderado. No saludable para grupos sensibles. Insalubre. Muy poco saludable. Peligroso.

Esta calidad del aire (todos los valores color verde) la perderemos desde el momento en que la actividad industrial recobre su nivel habitual, los vehículos a motor alimentados con combustibles derivados del petróleo vuelvan a nuestras calles y carreteras y los niveles de consumo de la población vuelvan donde estaban antes de la pandemia. Entonces, ¿esta experiencia que estamos viviendo no nos hará reflexionar lo suficiente como para reconsiderar nuestros hábitos de vida en pro de mejorar las condiciones ambientales tan importantes para la salud?

Pues me temo que el número de personas, entidades y empresas, dispuestas a efectuar un cambio en sus costumbres no sea el suficiente como para que la naturaleza lo registre como un hecho positivo o lo que es lo mismo, la experiencia vivida caerá en saco roto en tanto que persista hacer del crecimiento constante de la economía el santo y seña de su estrategia, en un sistema, en un planeta de bienes finitos.

Rafael Hidalgo