Por mi aitite y muchísimas personas más

Son muchas las personas que nos preguntan por qué después de 80 años interponemos una querella por los bombardeos fascistas que destrozaron la villa en 1937. La respuesta parece sencilla: si no hay querella no hay investigación judicial y sin ella no hay verdad histórica, que es la que se legitima desde el punto de vista de las víctimas.

Pero reconozco que detrás de esta iniciativa que hemos impulsado desde la comisión 1937ko Martxoaren 31 también hay motivaciones personales. La necesidad de resarcir a todas aquellas personas que fueron silenciadas por el mero hecho de pensar diferente y que durante muchas décadas más tuvieron que seguir sufriendo la opresión y la indiferencia. La ‘verdad’ que impusieron los vencedores.

Y me acuerdo de mi aitite Agustín, que estuvo muchos años en la cárcel por ‘rojo’ y que tuvo que esquivar la metralla que impactó contra los muros de su caserío. Y me acuerdo de las más de 336 personas a las que los pilotos de la Aviazione Italiana arrebataron la vida en Durango.

La querella reclama memoria y justicia para todas estas personas. Para las que murieron, para las heridas y para las obligadas a abandonar su pueblo, su hogar, su familia tras soportar las 281 bombas que se lanzaron indiscriminadamente contra población civil indefensa y contra 320 edificios de la villa.

El brutal ataque ocurrió los días 31 de marzo, 2 de abril y 4 de abril de 1937. Fue frío, calculado, estudiado y premeditado. Buscó el máximo impacto. Ametrallaron a las personas que huían de las bombas y esperaron a que las que se habían refugiado saliesen a auxiliar a las vecinas y los vecinos heridos para volver a bombardear y ametrallar.

Gracias a la investigación de Jon Irazabal, de Gerediaga Elkartea, se ha podido conocer muchos detalles sobre estos ataques e identificar a 45 pilotos. Por sus alias, porque al haber suscrito Mussolini un pacto de no intervención, incumplían la legislación internacional vigente. Por eso tapaban también las matrículas de sus aviones.

Si la Ley de Memoria Histórica, aprobada en el año 2007, hubiese tenido un desarrollo normal y no estuviese paralizada por el gobierno de turno, estas investigaciones, esta búsqueda de la verdad, de la justicia y la reparación la estaría haciendo el propio Gobierno.

Pero en el Ayuntamiento no esperamos a eso. En diciembre de 2016, gracias a una moción presentada por la asociación Durango 1936, se aprobó una declaración institucional con una serie de compromisos. Entre ellos estaba el de crear una comisión de trabajo llamada 31 de marzo de 1937. Allí se vio la necesidad de que el Ayuntamiento interpusiera una querella. Querella que se ha presentado este 18 de julio en memoria de todas las personas que resistieron y lucharon contra el golpe fascista que acabó con el Gobierno de la República.

De ser admitida a trámite, a la querella le seguirá una acusación popular a la que podrán sumarse todas las personas y asociaciones que quieran.

A la gente que nos pregunta por qué nos querellamos después de 80 años, la invitamos a acudir a esta comisión. Una comisión abierta a toda la ciudadanía, plural y respetuosa con todas las ideologías que sufrieron el fascismo. Un grupo de trabajo que busca verdad, justicia y reparación.

Integrante de la Comisión 1937ko martxoaren 31