¿Son las circunstancias o la mente lo que nos encandena?

Las personas tenemos
tendencia a echar a las
circunstancias externas la culpa de
lo que nos sucede. Sin embargo, el
poder sobre nuestras vidas está en
nuestras manos. Incluso en casos
extremos como el secuestro o la
esclavitud.

Hay muchas
personas que lo han comprobado y
atestiguado. Sabios y sabias en el
sentido más profundo de la
palabra. Gente capaz de
aprehender conocimientos que no
proporcionan ni los estudios, ni las
lecturas, ni el método científico. De
experimentar profundamente el
mundo. De prestar atención plena
a lo que pasamos por alto porque
nos parece obvio.

Epícteto, filósofo moralista que
vivió parte de su vida como esclavo
en Roma, proclamaba: ???Tengo que
morir, tengo que ser encarcelado,
tengo que sufrir el exilio. Pero
¿tengo que morir quejándome?
¿También estoy obligado a
gimotear? ¿Alguien puede
impedirme que vaya sonriendo al
exilio? El amo amenaza con
encadenarme. ¿Qué digo?
¿Encadenarme? Puede encadenar
mi pierna, sí, pero no mi voluntad;
ni siquiera Zeus puede hacerlo???.

San Pablo expresa a los
Corintios esta misma idea, pero de
un modo más críptico: ???Aunque soy
libre respecto a todos, de todos me
he hecho esclavo para ganar a
tantos como sea posible???.

Más recientemente, el
famoso psicoterapeuta existencial
austriaco Viktor Frankl, tras pasar
por varios campos de concentración
nazis y sobrevivir al holocausto
concluyó que, sean cuales sean las
circunstancias en las que nos
encontremos, se puede resistir si
se encuentra una razón para vivir.
Esta motivación alcanza las
dimensiones más hondas del ser
humano y es capaz de mantener
intactas sus propias fortalezas.

De modo que, por encima
de todos los obstáculos, las
personas contamos con recursos
más que suficientes para la
supervivencia y la adaptación.
Estamos dotadas de una
inagotable reserva de energía
interior que sólo necesita ser
puesta a prueba para liberarse.

Esto es la resiliencia, un
término tan de moda en nuestros
días y tan imprescindible para
enfrentar estos tiempos de crisis.

Mertxe Arratibel es periodista en andra.eus