25-N y reparación a las víctimas

Cada 25 de noviembre vemos cómo los ayuntamientos se visten de morado, organizan actos institucionales y proclamas contra la violencia machista. Son gestos necesarios, sin duda, pero insuficientes. Porque cuando las pancartas se guardan y las concentraciones terminan, las mujeres supervivientes de violencia machista siguen necesitando respuestas concretas. Y esas respuestas deben empezar en el ámbito más cercano: el ayuntamiento.

Un ayuntamiento comprometido con la reparación puede marcar la diferencia en la vida de las mujeres que han sufrido violencia machista. No se trata solo de condenar, sino de reconstruir. Por ello, desde Herriaren Eskubidea/Independientes hemos trasladado en los últimos dos años varias propuestas para la reparación de las víctimas que, por desgracia, han sido rechazadas por PNV y PSOE

Vivienda: el primer paso hacia la autonomía

Una de las principales barreras para que las mujeres puedan salir de situaciones de violencia es la falta de alternativas habitacionales. Los ayuntamientos deben garantizar un acceso prioritario a vivienda pública o social para mujeres supervivientes, no como medida temporal de emergencia, sino como solución estable que permita reconstruir un proyecto de vida. Por ello hemos reclamado numerosas veces la necesidad de viviendas dotacionales, de protección oficial y tasadas que den salida a las diferentes etapas en las que se pueden encontrar las mujeres que han sufrido violencia machista.

Inserción laboral real

No basta con ofrecer cursos de formación genéricos. Los ayuntamientos pueden crear programas específicos de empleo para mujeres supervivientes, reservar plazas en la contratación municipal y ofrecer acompañamiento personalizado en la búsqueda de empleo. La autonomía económica es fundamental para que una mujer pueda rehacer su vida sin depender de nadie.

Atención integral en los servicios sociales

Los servicios sociales municipales deben estar preparados para ofrecer una atención integral y coordinada. Para poder ayudar a las mujeres víctimas de violencia machista creamos la plaza de Técnica de Violencia. Una persona que da acompañamiento, asesoramiento y ayuda durante todo el tiempo que necesiten las víctimas.

Bonificaciones de precios públicos, tasas e impuestos

Un gesto concreto de reparación institucional es la bonificación en precios públicos, tasas municipales e impuestos, como los abonos de Durango Kirolak, la recogida de basuras,…. Son medidas que alivian la carga económica en momentos críticos y envían un mensaje claro: el ayuntamiento está de tu lado.

Espacios de ocio y socialización

La violencia machista aísla. Por eso es fundamental crear espacios municipales donde las mujeres puedan reconstruir sus redes sociales: talleres, grupos de apoyo mutuo, actividades culturales y deportivas gratuitas o subvencionadas. La reparación también es recuperar el derecho al disfrute, a la comunidad, a una vida plena.

Formación a empleados municipales

Todo el personal municipal que pueda entrar en contacto con supervivientes de violencia machista debe recibir formación específica: desde la policía local hasta el personal de administración, pasando por educadores, trabajadores sociales y personal sanitario. Una atención sensibilizada puede marcar la diferencia entre que una mujer se sienta apoyada o revictimizada.

Presupuestos con perspectiva de género

Nada de esto es posible sin recursos. Los ayuntamientos deben destinar partidas presupuestarias específicas y suficientes para políticas de reparación, y hacerlo de forma estable, no como actuaciones puntuales. La reparación no puede depender de la disponibilidad presupuestaria sobrante: debe ser una prioridad política.

Este 25-N, el ayuntamiento de Durango tienen la oportunidad de pasar de las palabras a los hechos. La reparación no es competencia exclusiva de otras administraciones: empieza en lo más cercano, en el municipio donde estas mujeres viven, trabajan y tratan de reconstruir sus vidas.

Porque un ayuntamiento que no repara, no está realmente del lado de las supervivientes. Tenemos una deuda pendiente con cada mujer que tuvo que empezar de cero tras la violencia. Y que esa deuda no se salda con palabras bonitas un día al año, sino con compromisos reales, recursos suficientes y voluntad política para transformar radicalmente nuestra respuesta ante la violencia machista.

La reparación no es un extra: es un derecho y es hora de que lo pongamos en el centro.

Grupo municipal de Herriaren Eskubidea-Independientes de Durango