“Mientras les tengamos en la memoria, seguirán vivos”

El rechazo a todas las guerras y el deseo de evitar las tragedias que provocan han vuelto a protagonizar el acto de homenaje a las víctimas del bombardeo de Durango de 1937. El cementerio de la villa se ha quedado pequeño a causa de la abundante presencia de cargos institucionales y público, entre los que se encontraban testigos directos del ataque producido por la aviación fascista.

Setenta y ocho años después de la masacre, todavía no es posible “establecer con exactitud el número de muertos y heridos de aquel día”, ha recordado la alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, “pero mientras les tengamos en la memoria, seguirán vivos entre nosotros”. Oficialmente, son 336 las personas que perecieron en el ataque aéreo, y que hoy han sido recordados por numerosos vecinos y representantes políticos.

Junto a Irigoras, han estado presentes el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Madariaga y la diputada foral de Acción Social, Pilar Ardanza. También han acudido a la cita el asesor para la Atención a las Víctimas de la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, Enrique Ullibarriarana, la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, y la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, junto a alcaldes y concejales de toda la comarca.

La jornada de hoy ha comenzado con el sonido de las campanas simulando el toque de alarma que advirtió del primer ataque aéreo y finalizará con un último homenaje a sus víctimas, a las 20.00 horas. Gerediaga y Kriskitin Dantza Taldea han organizado un acto en el pórtico de Santa María que incluirá la tradicional ofrenda floral, a cargo de Gregorio Urionaguena y Juana Lejarreta, y que contará con la participación de la cantante Izaro Andrés y del actor Eneko Sagardoy.