Los restos del crítico de arte Juan de la Encina ya descansan en Garai

Tras seis décadas en tierra mexicanas y cumpliendo uno de los deseos de sus descendientes, los restos de Ricardo Gutiérrez Abascal, más conocido por el seudónimo de Juan de la Encina, están ya en el panteón familiar de Garai.

Crítico de arte y museólogo. Auñamendi Eusko Entziklopedia destaca de él que “se reveló por su aguda perspicacia y seguro juicio como un crítico de primer orden, descubriendo nuevos valores artísticos y ayudando a bastantes artistas modernos a ganarse fama ante el gran público”.

Falleció el 22 de noviembre de 1963, hace 60 años, en el exilio mexicano. Con motivo de este aniversario, la familia Gutiérrez-Zubiaurre, el Ayuntamiento de Garai y Gerediaga Elkartea celebrarán un acto en recuerdo en el que se evocará su trayectoria y su labor cultural. El homenaje tendrá lugar el miércoles, 22 de noviembre, a las 19.00 horas en el ayuntamiento de Garai.

Las ponentes serán su nieta, Pilar Gutiérrez Zubiaurre, y Miriam Alzuri, historiadora del Museo de Bellas Artes de Bilbao y biógrafa de Juan de la Encina.

Defensor del arte moderno

Nacido en Bilbao el 6 de octubre de 1883, se le considera uno de los críticos de arte españoles anteriores a la guerra civil española más reconocidos e influyentes como defensor del arte moderno, aunque dejó patente sus reservas respecto a las vanguardias artísticas. Participó con dos conferencias en el Primer Congreso de Estudios Vascos, organizado por Eusko Ikaskuntza en Oñati en 1918, que posteriormente se transformarían en su obra ‘La trama del arte Vasco’.

Este libro, editado en 1919, está considerado uno de los textos fundamentales en la historiografía del arte vasco. Casado con la escritora y activista cultural Pilar Zubiaurre, hija del músico Valentin Zubiaurre y hermana de los pintores Ramón y Valentín Zubiaurre, fue un destacado miembro de esta famulia.

Desde 1931 hasta 1936, fue nombrado por el Gobierno de la República director del Museo Nacional de Arte Moderno, antecesor del actual Museo Nacional Reina Sofía. En el transcurso de la guerra civil, en 1938, se vio forzado a exiliarse por su defensa de la Republica Española.

Tras su paso por Paris y Nueva York, recaló en México, donde consolidó una importante trayectoria docente en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de aquel país que aún hoy día tiene su reflejo.

Deseo de su hijo

Desde Gerediaga apuntan que, con motivo del ‘Ezpatadantzari Eguna’ celebrado en el año 2000 en Garai, en el que se homenajeó a los hermanos Zubiaurre, Leopoldo Gutiérrez, hijo de Ricardo, “nos hizo partícipes de su deseo de reunir en el panteón familiar de Garai, donde ya descansaban los restos de su madre Pilar Zubiaurre, los restos de los demás miembros de la familia, que en aquel entonces, a consecuencia de los avatares de la vida, se hallaban dispersos entre Madrid y México”.

Gerediaga asumió ese deseo como propio y fruto de sus trabajos, en julio de 2002, se trasladaron de la Sacramental de San Isidro de Madrid a Garai los restos del músico Valentín Zubiaurre Urionabarrenetxea, de su esposa Mari Paz Agirrezabal Etxazarreta, y los de sus hijos pintores Valentín y Ramón.

En 2017 se trasladaron de México a Garai los restos del propio Leopoldo Gutiérrez, que había fallecido ese año, así como los de su esposa Mercedes García Urtiaga, quien había muerto en 2014.

En el caso de Juan de la Encina, no ha podido ser hasta este año por problemas burocráticos y la pandemia del Covid. “Con el retorno sus restos se cierra un ciclo que dio comienzo en el año 2000 cumplimentando el deseo de Leopoldo Gutiérrez de que los restos de los diversos miembros de esa saga descansen en el cementerio de Garai”, apostillan desde Gerediaga.