La exposición artística M-31 rescata del anonimato a las víctimas del bombardeo

La instalación artística ‘M-31’, inaugurada ayer en la iglesia de Santa Susana, rinde homenaje a las personas que murieron en el bombardeo de Durango hace 75 años “con nombres y apellidos” para, nombrándolas, “rescatarlas de anonimato”, explica su autor, Txelu Angoitia.

De hecho, la asociación Gerediaga, organizadora de la muestra, destaca que el objetivo de la exposición es “rendir un sencillo, pero sentido homenaje, a cada una de las víctimas del bombardeo de Durango. A cada joven, a cada mujer, a cada niño, a cada persona”, mostrando al mismo tiempo “un reconocimiento hacia aquellos durangueses a los que nadie ha pedido perdón todavía, y la dimensión individual y colectiva de su dolor”.

La instalación se compone de recursos artísticos y escénicos como la fotografía, el audiovisual y la escultura. Su objetivo es transmitir emociones. El lugar desprende una atmósfera religiosa por el espacio mismo que la acoge, una antigua iglesia. A este elemento se añade una oscuridad que invita al recogimiento. Y el hecho de que 336 pequeñas velas que marcan los extremos de la nave y forman un pasillo en las escalinatas que ascienden al presbiterio representen cada una de ellas a uno de los fallecidos, al igual que cada una de las 336 fotos que ocupan las paredes de la nave. Además, parte de las 22 cabezas deformes que componen la escultura que preside el altar se apilan unas sobre otras indicando elevación espiritual, según su autora, la artista Elena Solatxi, que ha trabajado ya en otros proyectos relacionados con la memoria histórica.

Fallecidos, heridos y mutilados

El sentimiento de “desolación que vivió este lugar hace 75 años” se ve acentuado por la presencia de unos sacos terreros en los lugares que ocupaban los antiguos altares laterales. Y por los huecos y desconchados que ha dejado la retirada del retablo central.

La elección de la iglesia como marco de la exposición responde también al carácter representativo del propio edificio. El convento de Santa Susana fue uno de los lugares donde más impactó el bombardeo. Allí murieron 12 monjas y su criada. Además de los fallecidos, el ataque causó centenares de heridos y mutilados, y se lanzaron 281 bombas y 14.840 kilos de explosivos.

La exposición se inauguró ayer por la tarde y podrá visitarse del 20 de marzo al 1 de abril con entrada libre. El horario será de 18:30 a 20:30 los días laborables y los festivos permanecerá también abierta de 12:00 a 14:00 horas.

DURANGON. Noticias de Durango