Después de dos décadas ofreciendo el mejor pan artesano a su clientela, Lourdes Altuna conoce a la perfeccción todas las dificultades que entraña sacar adelante un negocio. Ofrecer un producto de calidad no siempre es suficiente para mantener a flote un pequeño comercio, que se ve afectado por decisiones “tomadas por quienes se supone que deberían ayudarnos, pero que a menudo nos dan la espalda”, denuncia.
Altuna es consciente de la crisis económica, de los cambios de hábitos de la gente y de los múltiples factores que escapan al control del ciudadano de a pie, pero también tiene claro que hay muchas herramientas que se pueden utiliar para revitalizar la vída económica de Durango.
“A veces creo que la Administración se olvida del pequeño autónomo y que, en vez de echarnos un cable, nos lastran con trabas y trámites que dificultan nuestra actividad”, critica. “Me suele dar la impresión de que es nuestra enemiga y de que se olvida de toda la riqueza que generamos, de todas las familias que salen adelante gracias a que levantamos la persiana cada mañana”.
Para Altuna, el Ayuntamiento debería agilizar sus relaciones con los pequeños comerciantes “a través de reuniones mensuales, en las que podamos hablar y trabajar juntos. Porque no se trata sólo de que nuestros negocios sigan funcionando, sino que es algo que repercute en toda la población, en la vida en las calles… Podemos lograr mucho si funcionamos como aliados y no como rivales”.
Salir a la calle
La responsable del Obrador San Roke pide a los representantes políticos de la localidad que “salgan más a la calle para ver qué cosas son necesarias. Hay zonas de Durango totalmente abandonadas, sucias, sin apenas luz, por donde prohibo pasar a mis hijos porque temo por su seguridad. Pero todas esas cosas no se pueden saber desde un despacho. Hay que reunirse con la gente y preguntar en qué se puede ayudar”, solicita.
“Durango es una localidad con muchísimas posibilidades y con bastante poder adquisitivo y productos de calidad. Otra cosa es que la gente salga de aquí para hacer sus compras. Pero para evitar eso, el pequeño comercio y el Ayuntamiento debemos trabajar juntos. Nosotros tenemos muchas ideas, pero necesitamos sentirnos arropados y escuchados”.