Herria pide al Ayuntamiento que construya el centro cívico de Aramotz lo antes posible

La asociación vecinal Herria no quiere seguir esperando. Ve necesario un espacio donde la gente mayor y joven del barrio Aramotz puedan reunirse, y pide al Ayuntamiento que ponga en marcha lo antes posible la construcción de un centro cívico en el solar que quedará libre tras el derribo del matadero.

“Lo que necesitamos es celeridad”, explica Angel Longarte. “No queremos buenas intenciones ni que el proyecto vaya a ejecutarse en cuatro o cinco años porque lo que queremos es poder disfrutar de ese espacio lo antes posible”, añade. 

Conscientes de que son épocas de estrecheces, la idea de los portavoces de la asociación es decantarse por el centro cívico “más económico. Que sea sencillo, sin demasiados alardes”. Piden, a cambio, que el Ayuntamiento de Durango destine una partida a este proyecto en los presupuestos de 2015.

Las alertas en Herria saltaron cuando leyeron en los medios de comunicación que se iba a aprovechar la superficie que dejara libre el matadero para mercadillo o aparcamiento ocasional. Tampoco les tranquilizó el hecho de que la alcaldesa hablara de construir un centro cívico en Aramotz “a medio plazo”.

Gestionar el centro

Con el propósito de trasladar al Ayuntamiento sus reflexiones a este respecto, la asociación va a solicitar una reunión en cuanto finalice agosto. Los planes de Herria para ese espacio pasan por trasladar allí su sede y poder encargarse de la gestión. “Pondríamos una barra y desde allí se daría vidilla al lugar”, comenta el portavoz de la asociación. 

Las ansias de los vecinos y vecinas de Aramotz por disponer de un edificio de esas características en el barrio es tal que, en su día, hablaron con responsables municipales para que no se derribara la estructura del antiguo matadero y que el proyecto pudiera resultar así más económico. “Los propios técnicos desaconsejaron la propuesta”.

Sobre el uso que se le va a dar a ese terreno después de que sea descontaminado, Longarte lanza otra sugerencia: “Antes de un mercadillo o un aparcamiento preferimos que pongan unas máquinas de hacer ejercicio en la calle. Para dejar el coche ya está el parking de San Roke”, zanja.