“Uno no se jubila nunca de ser y sentirse durangués”

Conscientes del envejecimiento progresivo de la población, las instituciones se preocupan por posibilitar que esa última fase de la vida sea cada vez más activa y participativa. En este contexto se enmarca el proyecto de la OMS Ciudad Amigable para las personas mayores que se desarrolla en Durango.

El programa lo impulsa un “equipo motor”, en el que se han involucrado personas no tan mayores que quieren preparar el terreno para el futuro. Se trata de miembros de distintas asociaciones, como Arrate Bañeres, Carmen Guillorme o José Pérez.

El profesor de la Universidad de Deusto Pedro Fernández de Larrinoa y las técnicas de Bienestar Social y Tercera Edad, además de las de la residencia, les asesoran en sus trabajos. Les gustaría que se les sumara más gente y extienden una invitación explícita a todo Durango. “Que se animen y vengan, uno no se jubila nunca de ser y sentirse durangués”, anima Pérez.

La presencia de Fernandez de Larrinoa se explica porque se trata de una propuesta que la Universidad de Deusto hizo al Ayuntamiento y que éste aceptó, pero el profesor aclara que su función es sólo de apoyo y que la continuidad de la iniciativa depende de la participación de vecinos y vecinas de Durango, quienes en un momento determinado tendrán que tomar las riendas del proceso.

“Mejora constante en la calidad de vida”

“Nos planteamos una mejora constante de la calidad de vida. Tras nosotros otras personas o grupos cogerán el relevo e irán dando nuevas soluciones a los nuevos problemas que se planteen”, acota Perez.

El grupo inicial tiene como meta establecer las bases para “impulsar el envejecimiento activo mediante la optimización de la participación, la mejora de las condiciones de la salud y el aumento de la seguridad de los entornos, a fin de mejorar la calidad de vida de las personas mayores”. Tal es la declaración de objetivos de la OMS para las Ciudades Amigables.

Eso en Durango se traduce en procurar “el derecho de las personas mayores a ejercer el poder sobre los temas que les preocupan”. Es decir, a expresar su opinión y proponer mejoras.

Uno de los primeros trabajos del “grupo motor” será efectuar un diagnóstico sobre espacios abiertos, edificios, transporte, vivienda o políticas sociales. Se baremará cada uno de estos factores y se incluirá a Durango con su puntuación dentro del ‘ranking’ mundial de Ciudades Amigables para las Personas Mayores. Paralelamente, se elaborará un plan de acción que la OMS tardará en aprobar de uno y medio a dos años. Luego vendrá la fase de puesta en marcha de esa ‘hoja de ruta’ específica para el municipio. En todo este recorrido se contará con supervisión técnica.

Red mundial de buenas prácticas

Fernández de Larrinoa deja claro que “no se trata de competir por alcanzar un puesto”, sino de homologar el proceso y participar en una red mundial de buenas prácticas y experiencias, en la que “unas ciudades aprendan de otras”.

Para incluir a Durango en el listado, “la alcaldesa debe hacer una solicitud formal y comprometerse a llevar a cabo las obras y modificaciones de estructuras que se hayan acordado”. La idea sería “qué tenemos que hacer cada cual para hacer un Durango más amigable y qué papel activo podemos desarrollar para lograrlo”. 

Porque más que decirle al Ayuntamiento “lo que tiene que hacer, aunque está claro que tiene que participar” se trabajaría en impulsar iniciativas como la de hace unos meses de la asociación de comerciantes de llevar la compra a casa a las personas mayores. “Sería fomentar una ciudad amable y educar para que eso ocurra”, añade Carmen Guillorme.

DURANGON. Noticias de Durango