Una pica en Los Angeles

Ubicar una obra artística en EE UU debe ser hoy algo tan complicado como hace siglos colocar una pica en Flandes. El artista durangués Ismael Iglesias lo ha conseguido. Un mural con su firma y la de otros dos colegas vascos, Aitor Lajarín y Fermín Moreno, decora un edificio de Los Angeles.

El mural, inaugurado el pasado día 10, es gigantesco (6×40 metros) y abraza a dos edificios enteros. Se encuentra en la Ruta 66, “un espacio obsoleto que se quería revitalizar”, explica Ismael. El Ayuntamiento de Santa Mónica ideó un proyecto que implicaba a varios artistas, pero no salió adelante. Esta fue la oportunidad que los tres vascos supieron y pudieron aprovechar.

Uno de ellos, Aitor Lajarín, lleva ya unos años residiendo en la ciudad y, según el artista durangués, está muy integrado en la vida social y cultural del barrio. Una residente, Roberta Morris, le puso en contacto con la Fundación Barnsall Art Park,  de quien partió la idea, y le animó a presentar su currículo. Lanjarín llamó a sus otros dos compañeros, quienes tenían ya experiencia como muralistas en Bilbao, y diseñaron un proyecto conjunto.

“Hemos aportado el contrapunto europeo”
La Fundación gestiona el Barnsall Art Park, un parque importante situado en el centro de Los Angeles, que tiene una peculiaridad: integra tres edificios del prestigioso arquitecto Frank Lloyd Wright. Este pulmón verde no es un espacio cualquiera. Su propietaria, Aline Barnsdall, lo donó a la ciudad para la promoción y desarrollo de las artes y los artistas de la región de Los Angeles. Uno de los requisitos que impuso fue que se preservaran la arquitectura histórica y las características del paisaje. Queda muy cerca del Sunset Boulevard y de los estudios de cine de Hollywood.

Esta entidad cultural y un hospital situado en frente del edificio que acoge el mural han financiado una parte del proyecto. El Instituto Etxepare, que apoya iniciativas vascas en el extranjero, ha aportado el resto. Lo suficiente para cubrir el viaje de los dos vizcaínos y los gastos de hotel. Los artistas no han cobrado por trabajar en la obra.

Según explica Iglesias, para ellos ha sido suficiente el disfrutar de una oportunidad que pocos tienen: mostrar su trabajo en una importante capital cultural. Tanto los artistas como los promotores están muy satisfechos con el resultado. Y piensan se les abrirán puertas para poder seguir trabajando en esa ciudad, aunque el tiempo lo dirá.

“Hemos ganado la visibilidad de tener un proyecto allí. Los Angeles es una ciudad con una cultura de murales y de graffiti enorme, y nosotros hemos aportado un contrapunto europeo, diferente a las estéticas locales. Les han llamado la atención nuestras estructuras geométricas”.

El diseño perfecto
Trabajaron duro hasta encontrar el diseño perfecto. “Hicimos treinta estructuras hasta llegar a la que nos dejó satisfechos a todos”. El resultado es un calco del original pero a diferente escala, con “alusión a la estética y la arquitectura de los edificios del parque”.

Trasladar el dibujo al natural no es tarea fácil. “El dibujo se construyó con cuadrículas virtuales en cinta de carrocería. Fermín Moreno tiene habilidad para trasladarlo de una escala muy grande. Rellenábamos las cuadrículas y después retirábamos la cinta”. La textura rugosa de las paredes también obligó a un trabajo extra. Al ser de ladrillo tuvieron que pintar con brocha para rellenar bien los huecos interiores.

Estuvo de su parte el tiempo soleado de Los Angeles, que les permitió trabajar sin complicaciones añadidas. “Muy diferente al clima lluvioso de Bilbao”, enfatiza Iglesias.

El trabajo previo lo realizaron cada uno desde su casa por Internet, con el programa ‘Evernote’, que el artista durangués recomienda para trabajar conjuntamente desde distintos puntos geográficos. Pintar el mural se hizo en diez días.

“Busco mi hueco”
Aparte de dejar algo suyo en la metrópoli de las celebridades del cine, los tres artistas -cuyas obras han sido premiadas en concursos y se han expuesto en Arco, Artium o galerías privadas-, también se han llevado algo de allí. La ocasión les ha brindado la oportunidad de ver maravillosos lugares que rodean a la ciudad. Y con el objetivo de seguir trabajando en Los Angeles conjuntamente, han constituido una sociedad llamada The Basque Painthers, neologismo este último que juega con el doble sentido de ‘pintores’ y ‘panteras’.

No obstante, los tres siguen trabajando en sus proyectos particulares. Ismael Iglesias acaba de ganar el premio Focus-Abengoa, que junto con otros premios, becas y ventas de obras le permite subsistir para “desarrollar mi trabajo en las mejores condiciones y buscar mi hueco en el arte contemporáneo”.

DURANGON. Noticias de Durango