“Todavía me emociono cuando me entregan el dorsal”

Si la experiencia es un grado, Naia Alzola debe tener ya dos masters. Con sus 38 años, la veterana ciclista durangarra dobla en edad a varias de sus compañeras en el BZK Emakumeen Bira. Pero demuestra que el paso de los años le ha otorgado en destreza mucho más de lo que ha podido restarle en el aspecto físico. Como prueba, la excelente temporada que ha realizado con sus recientes triunfos en el Campeonato de Bizkaia y la Challenge vasca de ciclocross.

-A pesar de ser considerada como una veterana, la verdad es que empezaste con el ciclismo relativamente tarde.
-En realidad empecé a competir con 12 años, pero en esquí de fondo, donde llegué a la selección de Euskadi. De ahí pase a la mountain bike y finalmente al triatlón de invierno. En esta disciplina participé en campeonatos de Europa y del Mundo con el combinado nacional, siempre como aficionada.

-Y de ahí, ¿cómo acabas decidiéndote por la bicicleta?
-El principal motivo es que era complicado realizar buenos entrenamientos porque, al ser una de las disciplinas el esquí de fondo, siempre tenía que andar desplazándome. Con unos amigos empecé a centrarme en el ciclismo, primero en carretera y luego en ciclocross, que me enganchó desde el principio.

-¿El barro resulta tan atractivo?
-Para mí, sí, ja, ja… El ciclocross es una mezcla de muchas cosas: el ambiente, la explosividad… Son carreras cortas pero muy complejas técnicamente, con curvas, cuestas, obstáculos. En definitiva, muy divertidas para quien compite.

-¿A qué has tenido que renunciar para mantenerte en la competición durante tanto tiempo?
-A lo mismo que muchos deportistas: las juergas, los planes con los amigos. Pero en el aspecto familiar hay un antes y un después tras haber sido madre de dos niñas. Te lo replanteas todo de nuevo, te da otra perspectiva. E indudablemente, el tiempo que le dedico a ir ‘de la ceca a la meca’ entre una prueba a otra, se lo quito a estar con ellas. Pero afortunadamente, logro sacar tiempo para todo.

-¿Ha habido algún momento crítico en el que te has planteado dejar de competir?
-Sí, claro. Al fin y al cabo, soy aficionada y no me veo obligada a seguir con ello. Además, el ciclismo es un deporte muy duro, sobre todo psicológicamente. Hay que ser muy disciplinada para entrenar, sobre todo en días como estos, con lluvia y frío. Y todos tenemos altibajos. De hecho, con la maternidad aparté un tiempo el ciclismo.

“No quiero ver los toros desde la barrera”

-Pero has vuelto a coger la bici en una disciplina bastante exigente. ¿No te has planteado dedicarte a la dirección de algún equipo?
-La verdad es que me lo han planteado varias veces, pero todavía no quiero ver los toros desde la barrera. No quiero perder esa ilusión que aún me entra cuando me entregan el dorsal.

-Se te ve muy ilusionada con el proyecto del BZK Emakumeen Bira.
-Está siendo una experiencia muy bonita, con un ambiente estupendo. Estoy en el equipo porque Agus (Ruiz Larringan) me animó y me hace sentir como un ejemplo para otras mujeres mayores, que pueden seguir viviendo la alegría de competir y estar en la pelea por la victoria.

-Que, por cierto, están llegando una detrás de otra.
-La verdad es que, sinceramente, no me esperaba lograr tantos triunfos. Creo que ahora mismo estoy en el límite al que puedo llegar. Una reducción de jornada voluntaria me ha permitido compaginar mejor el trabajo, la familia y los entrenamientos y eso me ha permitido hacer una temporada mucho más chula. Todas las horas de preparación han compensado.
 
-¿Y cuál es el secreto para que no afecten los años en el rendimiento deportivo?
-Claro que afectan. Lo que pasa es que la veteranía me ha aportado mucho más de lo que me ha quitado el paso del tiempo a nivel físico. Además, es verdad que las mujeres perdemos menos rendimiento a partir de los 35 años que los hombres. Tenemos una vida deportiva más extensa. A eso se suma que este año ha habido circuitos muy complicados, con condiciones meteorológicas muy malas, que convertían las carreras en pruebas más técnicas, en las que era más importante ser dura mentalmente.

-¿La diferencia de edad afecta en tu relación con tus compañeras?
-Sólo para tomarnos el pelo, ja, ja ja. En el circuito me vacilan, pero yo les pincho diciéndoles que es terrible que les gane una vieja con dos hijas, que trabaja fuera de casa. Y dentro del equipo, lo que yo puedo aportarles en experiencia, ellas me lo compensan trasladándome su ilusión y sus ganas de lograr cosas importantes. Me contagian sus sonrisas.