Roban mediante un butrón más de 18.000 euros en tabaco en un estanco de Elorrio

Impotencia. Ese fue el sentimiento que se apoderó de Mari Puy Olabegogeaskoetxea cuando abrió su estanco ayer por la mañana en Elorrio y comprobó que habían desaparecido dos sacas completas del tabaco rubio que tenía almacenado para su venta. Los ladrones también se llevaron letras de cambio, los cambios de la caja registradora y algún par de zapatos, en definitiva, todo lo que tenía algo de valor.

“No hemos hecho las cuentas pero lo que nos han robado puede superar los 18.000 euros”, asegura la dueña del establecimiento dedicado a la venta de tabaco, timbres del Estado, revistas y cuentos, y calzado infantil.

El robo se produjo “durante la noche del miércoles al jueves, aunque no sabemos exactamente cuándo porque parece que nadie se dio cuenta de nada”, apunta Olabegogeaskoetxea. Los autores del robo accedieron al establecimiento por la parte de atrás del edificio situado en Berrio-Otxoa kalea, que da al río Zumelegi, tras hacer un butrón. En realidad hicieron dos agujeros pero parece que sólo accedieron al local por uno de ellos, el que da al almacén donde estaba el tabaco.

Esta es la cuarta vez que el establecimiento es objetivo de los ladrones. “Creo que fue en 2001 cuando nos robaron dos veces entrando por la puerta de la calle”, para lo que los asaltantes utilizaron un gato hidráulico. Por esa razón decidieron reforzar la persiana que cierra el local aunque, esta vez, los autores del robo han buscado un acceso diferente.

Atraco con navajas

Aunque tanto esas acciones como la de ayer suponen un enorme disgusto, Olabegogeaskoetxea recuerda especialmente el primer contratiempo que tuvo en el negocio. “Recuerdo que eran fiestas de Berriz cuando dos hombres entraron al estanco y nos atracaron con navajas. Aquella vez sí que pasamos miedo” evoca al referirse a aquel asalto en el que se vieron implicadas ella y la empleada del establecimiento.

Durante la mañana de hoy, mientras la propietaria del negocio atendía a la clientela, un operario se afanaba en tapar los dos boquetes realizados en la pared. Ahora sólo le queda esperar a que el seguro cubra las pérdidas ocasionadas por el robo.