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Santos Arriandi

Oficios al desván

Con la misma velocidad con que el cambio climático está eliminando especies de fauna y de flora, la robótica y las nuevas tecnologías están relegando al baúl de los recuerdos oficios que hasta ayer eran esenciales para cualquier tipo de actividad humana. No se trata de oficios artesanales en los que el hombre no se ayudaba con motores, sino sólo con su fuerza o con la fuerza de los animales. No se trata del oficio de sillero, cestero, zapatero remendón, sastre o costurera (que aún quedan algunos), que ahora recordamos con nostalgia en las ferias de artesanía de las fiestas patronales.

El segundo milenio nos sitúa en una vuelta de tuerca más arriesgada: apenas ayer, la mecánica era una sucesión de actividades y profesiones en las que figuraban torneros, ajustadores, matriceros, fundidores,  fresadores, y por encima de ellos ingenieros, arquitectos etc… El oficial, tras una preparación teórica de años en una escuela profesional y unos largos años de experiencia, alcanzaba las categorías más altas y ejecutaba a la perfección los trabajos más exigentes. El panadero aprendía a fuerza de enseñanzas del profesional todo el proceso de elaboración del pan: preparar la masa, encender el horno, cocer el pan… El sastre o la modista concebían sus modelos propios, seleccionaban las telas, tomaban medidas al cliente, probaban las prendas y las ajustaban…Y así todos los oficios: albañiles, carpinteros, impresores, conductores, marineros… El mecánico de coches prolongaba la vida del automóvil mediante la sustitución de las piezas deterioradas, que hasta llegaba a hacer él mismo en el torno. En una segunda etapa, los buenos profesionales montaban sus propias empresas y se erigían en comerciantes que vendían su propia mercancía.

Todo eso está pasando a la historia: hoy el torno, la fresadora, el ajuste, se ejecutan por control numérico, el operario acciona digitalmente unos mandos, y las máquinas-robots realizan el trabajo a espaldas de la persona. El pan se amasa automáticamente y entra en congelación, y luego se introduce en un calentador eléctrico que lo cuece en un tiempo predeterminado. La ropa o el calzado vienen de China o Filipinas en series de miles o millones de piezas “prêt-à-porter”. Los edificios se montan a base de grandes bloques prefabricados. Los mecánicos de coches no reparan las piezas averiadas, se limitan a sustituirlas con  otras nuevas piezas nuevas.

Y por supuesto, el operario que ha hecho la prenda o la pieza no pintará nada en su comercialización, los comercios serán unos grandes almacenes, un Zara, un Corte Inglés…Tampoco tendrá nada que hacer el autor de la obra en la financiación de su trabajo ni en el cobro del precio al cliente, de eso se ocuparan los bancos… 

¿Qué pinta la persona, el trabajador o la trabajadora, el ingeniero… en todo esto? Nada. Cero a la izquierda. Las decisiones que afectan al trabajo se toman en altas instancias por economistas o magos de las finanzas que ni siquiera saben lo que están vendiendo y comprando, sólo cuánto cuesta producirlo y a qué precio hay que venderlo. Economistas o financieros a los que no les preocupa en absoluto la calidad de lo que venden, la duración prevista de ese objeto, la satisfacción del cliente, sino sólo el conseguir fabricarlo cada vez en menos tiempo de trabajo y con menor coste de producción, y venderlo a un precio cada vez más alto.

La robótica, la tecnología, la digitalización han arrebatado al ser humano el fruto de su trabajo. El robot, no sólo ha sustituido al trabajador y al ingeniero; lo han convertido en un esclavo, una pieza secundaria de sus propios engranajes. Es el progreso, ese que nos ha hundido en esta crisis económica que estamos pasando, y en este vacío cultural y de valores que ya denunció, proféticamente, el gran artista de cine Charlot en su película “Tiempos modernos”.

Honorio Cadarso es periodista

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0 Comentarios

  1. despierto

    claro que también hay robots controlados por el poder. ¡Don Dinero, poderoso caballero!

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  2. Curioso

    Y en el periodismo, señor Honorio, ¿no le parece que tambien hay robots controlados desde el poder?

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