Especular con el hambre

“Por primera vez en la historia, más de mil millones de personas se acostarán todas las noches con la tripa vacía”. De manera inesperada, esta constatación aplastante ha quedado establecida por Robert B. Zoelick, presidente del Banco Mundial, que añade que el Objetivo del milenio para el desarrollo -erradicar el hambre de aquí a 2015- no va a ser alcanzado. Tras un neto retroceso en el curso de los últimos diez años, la pobreza y la malnutrición se han relanzado al alza desde 2008. En este año 2010 los expertos del Banco Mundial prevén que sesenta y cuatro millones de personas más, habrán quedado sumergidas en la marmita de la pobreza extrema.

¿Que está pasando? Primero fueron los incendios de julio en Rusia, que afectaron a la recolección del trigo y quemaron parte de la cosecha. Luego las inundaciones en Pakistán y la India, que han aniquilado las cosechas de arroz de esos dos países. En el mes de setiembre se registra una subida del precio del trigo a escala mundial superior a un 50%, de 160 euros la tonelada a 240 euros. Y luego un alza de un  tercio del precio del arroz y del té, a raíz de las inundaciones en el subcontinente indio.

Pero hay otra explicación mucho más difícil de entender. Las materias primas se han convertido en el nuevo terreno de juego y campo  de regatas de los magos de las finanzas, que disponen de enorme liquidez ofrecida gratuitamente o casi por los bancos centrales y los gobiernos. Después de arrasar el sector inmobiliario, los aprendices de brujos de las finanzas se vuelven hacia los productos de base como los metales no ferrosos, y los productos agrícolas. De especular con edificios, a especular con el hambre de miles de millones de personas.

Los expertos aseguran que no hay problema de abastecimiento, que hay trigo y arroz suficiente y abundante para alimentar a toda la humanidad. Pero los especuladores ya están comprandolo todo y almacenándolo para provocar una subida de precios y recoger beneficios. En los años pasados, al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial habían persuadido a los países en desarrollo del tercer mundo para que abandonasen sus propias agriculturas y se abasteciesen en el mercado mundial. Y ahora esos países tendrán que volver a empezar a cultivar sus propios alimentos.

Cuentan la prensa y la televisión que últimamente llegan muchas pateras a las cosas del sur de Europa, o sea a las de Andalucía… Ya saben ustedes de qué vienen huyendo. Del hambre que les espera allí, del hambre que les tienen programada los magos de las finanzas mundiales con el dinero que les han regalado los contribuyentes…

Honorio Cadarso es periodista