Durango Martxoak 31: suenan las sirenas

Era sábado, día de mercado en Durango. El pórtico de Santa María estaba lleno de gente. Vecinos de los pueblos colindantes habían venido a hacer su compra semanal a la plaza de mercado.

Era día de misa, tanto la Basílica de Santa María, como la iglesia de Jesuitas oficiaban la misa de la primera hora.

El 31 de marzo de 1937 nadie presagiaba lo que iba a ocurrir… sobre las 8:30 se escuchó el motor de los aviones que se acercaban.

Se escucharon las primeras sirenas. Era difícil predecir lo que se aproximaba.

Los relatos de aquel 31 de marzo eran de durangueses. De niños durangueses que tuvieron que aprender a vivir con aquellas imágenes en la retina y el sonido compuesto por las sirenas, estruendos de las bombas y gritos de auxilio en sus oídos.

En el Durango de 1936 con 8797 habitantes, 336 personas fallecidas, 281 bombas y 305 edificios reducidos a escombros. Los números hablan por sí solos. Sin embargo, el de Durango ha sido durante mucho tiempo el bombardeo silenciado.

¿Por qué se le ha llamado así? Porque históricamente el Bombardeo de Gernika fue el que tuvo relevancia internacional.

<Porque el enemigo de la memoria no es el olvido, es el silencio>

No queremos olvidar. No queremos callar más. La ruta de placas “Aztarnak” de Durango, elaborada el pasado año con la colaboración de numerosas asociaciones locales, hace que el rastro de los bombardeos de 1937 se mantenga en la memoria de la ciudadanía.

Este año también queremos recordar. Queremos contar lo que ocurrió, esta vez podemos hacerlo a través de las imágenes. Mauro Saravia, nos brinda la ocasión de reencontrarnos con la verdad de ese fatídico día en el Museo de Arte e Historia de Durango, a través de las fotografías de José María Anzola, conocido como ‘el Robert Capa vasco’ por su valentía fotográfica y la gran calidad visual de sus imágenes. Anzola, abertzale incondicional, gudari íntegro y valiente, inmortalizó el bombardeo de Durango.

Hoy, 84 años después de aquel fatal día, podemos conocer un poco más de lo que sucedió, gracias a la magnífica exposición que Mauro Saravia ha podido montar con la colaboración de Iban Gorriti, Iñaki Anasagasti y la propia familia de Anzola. Fotos inéditas que reflejan nítidamente la tragedia de aquel día.

Llega la tarde, vuelve a sonar la sirena, Durango sufre un segundo ataque aéreo. Y también llegaría el tercero

EAJ-PNV Durango