¿Democracia sin laicismo?

Coros de ángeles y pastores pregonan estos días gloria a Dios en las alturas y “paz en la tierra a los hombres”. Pero no falta quien se queja de que la gloria de Dios ha invadido la tierra y la paz entre los hombres se ha volado a la estratosfera. O sea, el mundo al revés…

El 9 de diciembre pasado se celebró en todo el mundo el Día Internacional del Laicismo y la Libertad de Conciencia. En un intento en solitario, predicando en desierto como Juan el Bautista, el colectivo español Europa Laica ha tomado a los ángeles de Belén el canto de “paz en la tierra a los hombres”. O sea, laicismo, o sea democracia participativa, Derechos Cívicos y Libertades a todas las personas, instituciones y organizaciones. Porque laicismo quiere decir todas esas cosas, según Europa Laica.

Europa Laica denuncia un mundo de hoy en el que los estados están presionados y obedecen los imperativos de confesiones religiosas que les marcan las políticas económicas, educativas y jurídicas que les convienen.

“Queremos un respeto total a todo tipo de convicciones en un marco jurídico de igualdad y no discriminación, de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos”

El capítulo de denuncias dirigidas al Estado español a este respecto señala una larga serie de injusticias:

   a) con las víctimas de crímenes internacionales a partir del golpe de estado que derivó en la guerra de 1936 y dictadura consiguiente. 
   b) con el desprecio de las reclamaciones de la ONU, de los tribunales de Ginebra, Estrasburgo y Buenos Aires referidas a estas violaciones anteriores.

Europa Laica reclama Universidades y Escuelas Públicas y Laicas ante la proliferación y el apoyo privilegiado del Estado a la Enseñanza privada y en especial a los colegios religiosos.

Item, Europa Laica reclama una educación y formación sexual adecuada, el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo, y el derecho a una muerte digna mediante el reconocimiento del derecho a la eutanasia.

A Europa Laica le molestan los funerales públicos o de estado con ceremonias exclusivas de la Iglesia católica, la asistencia de gobernantes del Estado en primera fila a ceremonias religiosas de la misma confesión católica y la financiación de las mismas con dinero público como ocurrió con la visita de varios Papas a España, o con la canonización de 500 católicos ejecutados durante la Guerra civil de 1936. Como ocurre cuando ministros y cargos públicos juran su cargo con la mano en la Biblia católica y el Crucifijo sobre la mesa…

Europa Laica termina con un grito y un lamento: “Estamos en deuda con los que han luchado por un mundo más habitable, pacífico y libre”.

Igualito que los ángeles en la Noche de Belén: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Por lo demás, Europa Laica estaría encantada de que los que quieran se apunten a lo de “Gloria a Dios en las alturas”… Eso, en las alturas. Cada cosa en su sitio: aquí la paz, la otra cara de la gloria a Dios en las alturas.

Honorio Cadarso es periodista