“Ninguna reivindicación política puede justificarse mediante la intimidación o la violencia”

Minutos antes de que comenzara el pleno de ayer en Durango, representantes de EAJ-PNV, PSE-EE, Herriaren Eskubidea y PP leyeron una declaración que condena la vandalización de algunas placas colocadas en la localidad en homenaje a las víctimas del terrorismo y las pintadas neonazis realizadas en la escultura de Imanol Marrodán del parque Ibaizabal. Los concejales y concejalas de EH Bildu, que entraron al salón al finalizar la lectura, no se sumaron a la declaración, pero sí enviaron una propia en la que expresan su rechazo a los daños causados en las placas y consideran que “este tipo de hechos no representan el sentir mayoritario de la ciudadanía de Durango”.

En la ‘Declaración de condena de los últimos actos violentos y en defensa de la convivencia, la democracia y el respeto institucional’, EAJ-PNV, PSE-EE, Herriaren Eskubidea y PP remarcan su apuesta “clara” por la convivencia, el respeto institucional y el diálogo político como “herramientas esenciales” para la vida municipal. También consideran necesario “fijar una posición firme” ante “declaraciones y actuaciones que vulneran estos valores ampliamente compartidos”.

Añaden que, en las últimas semanas, han sucedido “episodios de violencia y ataques contra instituciones, bienes públicos y símbolos que representan la pluralidad política y social de nuestro país”. Mencionan, en concreto, la “invasión” de la Casa de Juntas de Gernika, la vandalización de algunas placas colocadas recientemente por el Ayuntamiento de Durango en recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo en el municipio –”algunas con pintadas de Gora ETA”– , y las pintadas neonazis y supremacistas realizadas sobre la escultura relacionada con el bombardeo de Durango de Imanol Marrodán.

Después de denunciar que “varios bienes y símbolos objeto de dichos ataques fueron posteriormente exhibidos en nuestro municipio, con una voluntad manifiesta de confrontación”, consideran que “este tipo de hechos constituyen prácticas inaceptables que vulneran los principios básicos de la convivencia democrática”.

“Ninguna reivindicación política puede justificarse mediante la intimidación, la imposición o la violencia, ya sea física, material o simbólica”, remarcan.

Por todo ello, condenan y rechazan “toda forma de violencia, coacción o agresión contra las instituciones, bienes públicos o símbolos que conforman el pluralismo político”. Defienden, además, “un suelo ético mínimo” basado en el respeto, la convivencia pacífica y la tolerancia, y subrayan su compromiso “con la construcción de un Durango que avance desde el respeto, la convivencia y la cultura democrática”.

Esta declaración fue consensuada por PNV, PSE-EE, Herriaren Eskubidea y PP tras la moción presentada por el concejal Carlos García que iba a ser debatida ayer en pleno. El edil popular la retiró finalmente.

Dique de contención

Poco después de comenzar el pleno, EH Bildu envió a los medios de comunicación otra declaración bajo el título “Por un Durango referente en valores democráticos, de respeto y convivencia”.

En su primer párrafo, la coalición soberanista muestra su preocupación por las pintadas neonazis aparecidas en las inmediaciones de Landako Gunea durante la celebración de la Durangoko Azoka y apunta que nacen “en un contexto de impunidad en el que los discursos y las actuaciones autoritarias y de extrema derecha se multiplican. Por ello, quienes garantizamos mayoritariamente, a través de la representación pública, la pluralidad y los valores antifascistas y, por ende, democráticos, debemos actuar como un dique de contención frente a esta reacción”.

A continuación expresan su rechazo a los daños causados con pintura en diversas placas en recuerdo de las víctimas de ETA. “Consideramos que este tipo de hechos no representan el sentir mayoritario de la ciudadanía de Durango, que mantiene un compromiso firme y claro con el respeto y con el derecho a la memoria, la verdad, la justicia y la reparación de todas las víctimas”.

Por último, aprovechan la declaración para reafirmar su compromiso con la construcción de una convivencia “basada en el respeto de todos los derechos para todas las personas”.