“Me voy del club con un buenísimo sabor de boca”

Los ciclos se acaban. Llega un momento en el que hay que poner en la balanza las satisfacciones y los sacrificios, lo que una actividad te aporta y lo que te exige. Y entonces, decidir. Tras 21 años vinculado en cuerpo y alma al Tabirako, Asier Astorkia deja el club con la satisfacción de haber conseguido, más allá de logros deportivos, unos “amigos que durarán para siempre”.

-Desde los nueve años en el Tabirako… ¿has tenido vida fuera del club?
-Deportiva, no, desde luego. Empecé animado por mis amigos y, aunque al principio no estaba muy convencido, acabé por pasar por todas las categorías.

-¿Y qué ha llegado a representar para ti esta institución?
-Al principio era solo jugar y divertirse. Pero según creces vas comprobando la cantidad de actividades que se organizan, la masa social que mueve, los valores que transmite… Creo que es algo muy importante para Durango.

-Dejar atrás algo a lo que has estado tan comprometido tiene que ser difícil, ¿recuerdas el momento en el que tomas la decisión?
-No es un día concreto en el que digo: “lo dejo”. Llevaba tiempo dándole vueltas pero al final es una cuestión de ser honesto, conmigo y con el club. Estar en este equipo implica un compromiso de entrenamientos, asistencia, partidos, dar el cien por cien siempre. Y además, he sido el primero en exigir eso a la gente. Hasta que llega el momento en el que cada vez te cuesta más cumplir con esa obligación.

Amigos para siempre

-Entonces, no ha sido por una cuestión física o por edad…
-Al contrario, físicamente este año he estado mejor que los anteriores. De hecho, es algo que me ha comentado mucha gente a la que le ha sorprendido especialmente mi decisión. Pero si tengo que pedir algo que yo mismo soy incapaz de dar, es la hora de decir “hasta aquí”.

-¿Qué ha sido lo mejor de todo este tiempo?
-Lo mejor que me ha dejado el baloncesto es la gente que he conocido. El deporte acaba pasando, estarás más o menos años, pero es solo una etapa más de la vida. Sin embargo, las amistades que haces aquí es lo que queda. He hecho grandísimos amigos que sé que me durarán para siempre.

-¿Te vas con alguna ‘espinita’ clavada, un objetivo por cumplir?
-No. La verdad es que lo que más solíamos pensar entre los compañeros era cómo sería jugar contra profesionales. Y justo en mi último año en activo he tenido la oportunidad de vivirlo. Lo que más pena me da es no haber podido dejar al equipo en la categoría, pero la verdad es que me voy con un buenísimo sabor de boca.

La frialdad de las estadísticas

-¿Cómo resumirías la experiencia en EBA?
-Increible. Deportivamente ves las cifras, la diferencia entre victorias y derrotas, y aparentemente puede parecer un desastre. Pero los números son muy fríos. El hecho de poder jugar contra gente de tanta calidad que viene de categorías superiores, no tiene precio.

-Si tuvieras la oportunidad de volver a empezar la temporada, con lo que ya sabéis de la categoría, ¿cambiarías algo?
-Considero que lo que nos ha faltado realmente como equipo ha sido ser capaces de creernos que teníamos un lugar en la liga EBA, que éramos un conjunto competitivo.

-Y eso que debutasteis con una victoria ante el Zornotza…
-Sí, pero a continuación hubo un par de partidos que perdimos -o regalamos- por muy poco, y a partir de ahí nos volvieron a asaltar todas las dudas que teníamos en pretemporada. Toda la ilusión inicial se fue, poco a poco, apagando por la incertidumbre de saber si podríamos aguantar el ritmo o el nivel del resto de equipos.

-Llama la atención el hecho de que, de cuatro victorias, dos sean contra los de Amorebieta, sobre todo la segunda, que coincidía con una mala racha vuestra y una buena de ellos, ¿cómo lo explicas?
-Es la magia que tienen los ‘derbis’. Son partidos especiales que se viven con más intensidad y en los que logramos recuperar esa chispa que nos hizo creer que podíamos ganarlos. Además, el hecho de que nadie, fuera del equipo y la directiva, apostara por nosotros, nos dio una motivación extra.

Volver a disfrutar con el baloncesto

-¿Tienes nuevos proyectos a corto plazo?
-No me he parado a pensarlo en profundidad, empezaré por organizarme los fines de semana. No descarto que acabe jugando con el Anbotopeko, ya que tengo un montón de amigos allí que quieren que vaya.

-Entonces, ¿todavía no estás saturado de baloncesto?
-Puede que siga, pero a otro nivel. Si tengo la posibilidad de volver a disfrutar jugando, entre amigos y sin presión, la aprovecharé. A pesar de todos estos años, este deporte me sigue apasionando.

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