“Me inspiro tanto viendo Anboto y Muntsaratz, como trabajando de noche”

Mari Carmen Rodríguez ha presentado en Abadiño su último libro ‘Hilando historias’, una recopilación de cuentos, relatos y poemas con el que ha querido rendir un homenaje a su madre fallecida recientemente. Gallega de nacimiento, la escritora abadiñarra que firma con el pseudónimo de ‘Rotsita’, asegura que la escritura le relaja y le ayuda a comunicarse.

– Con ‘Hilando historias’ rindes un homenaje a tu madre Camila, fallecida recientemente.
– A ella le recuerdo sentadita en el sofá, mientras yo escribía. Me cantaba y contaba historias de su época y las fui recopilando. Después de que falleciese hace nueve meses, no quería perder ese talento y sabiduría, y lo he recopilado en este libro.

– ¿Qué cuentas en el libro?
– Cuentos, relatos y algún poema. Historias que me contaron de Bermeo, Bilbao y muchas sobre Anboto. También sobre el Valle de Tiétar en Extremadura y cuentos que me contaba mi madre. Abordo el maltrato de género e incluyo, también, vivencias propias. El libro está ilustrado por Valentín de Urrutia.

– Anboto también te inspira. ¿Qué tiene de especial?
– Anboto tiene de especial que lo veo todos los días. La primera visión es del mar y si no es posible, la de este monte.

– Cuentos, relatos, poemas. Recuperas una tradición local.
– Así es y es lo que quería. Mi madre me contaba muchas coplas pero no las he publicado. En mi familia todos conocían esas historias pero yo he sido la encargada de recopilarlas para que no se pierdan. Igual el día de mañana sigue la tradición.

– Eres una gallega en Muntsaratz, ¿se puede percibir la morriña en tu libro?
– Sí, puede haber morriña con los paisajes gallegos. Nací en un pueblo llamado Atás y vine a Abadiño con 18 años. Estoy más adaptada aquí que allí. Aunque voy de vez en cuando para recargar pilas.

– ¿En dónde buscas la inspiración?
– En cualquier sitio y de cualquier cosa. Paseando por un campo, viendo una puesta de sol. Incluso trabajando de noche me vienen ideas para escribir. Viendo Anboto, Muntsaratz, paseando por la playa o con la luna o el mar.

– Has realizado la presentación del libro en Abadiño. ¿Qué aceptación ha tenido?
– Me he sentido muy arropada por toda la gente del trabajo, amigos y familiares y gente de Abadiño. No fue la típica presentación, aquí vengo a presentar mi libro. Banarte realizó una puesta en escena muy bonita y me ayudaron mucho. Un poeta gallego José Tirado también asistió. Este fin de semana he presentado el libro en la Casa de Cultura de Verín y también en el Centro Cívico de Atás.

– Has publicado también el poemario ‘A través de mis pensamientos’.
– Así es. Se trata de una recopilación de poemas que he ido escribiendo a lo largo de mi vida. El título lo resume muy bien. También hay algún poema de mi madre, pero la mayoría son inspiraciones que he tenido.

“Con un cuaderno encima”

– ¿Cuándo empezaste a escribir?
– De jovencita. Empecé con unas amigas en Galicia que nos reuníamos y comenzamos a escribir canciones. Siempre me ha apasionado escribir y me gustaba Bécquer. No soy una profesional de la poesía, pero escribo lo que siento de una forma que se entienda perfectamente. Es un estilo libre.

– Utilizas el pseudónimo de ‘Rotsita’. ¿Qué significa?
– Teníamos un perro en casa que era una bolita y se llamaba Roots. Lo tuvimos durante ocho años hasta que se murió. Pensando un nombre para el correo electrónico se me ocurrió ‘Rotsita’ y me quedé con eso. Además me gustan mucho las rosas. Tengo un rosal en el balcón.

– ¿Qué te aporta escribir?
– A través de la escritura expreso mis sentimientos hacia mi madre y hacia las cosas. Me relaja y me ayuda a comunicarme.

– Poemas, historias. ¿Te atreves con algo más?
– Hay una historia de amor que tengo en la mente. Es un boceto y hay algo escrito. No sé si llegará a ver la luz, pero ahí está. He publicado también un poemario ‘Rosa de otoño’ exclusivamente para mi madre a la vez que ‘Hilando historias’. Pero no está a la venta, es más íntimo con fotos de mi madre y mi hijo.

– ¿De dónde sacas tiempo para escribir?
– Cuando vengo del trabajo, cuando me quedo a solas y relajada, surgen ideas. Si estoy en algún sitio y me viene alguna idea, es el momento. Siempre voy con un cuaderno encima.