Malestar en Elorrio ante los “sabotajes” que han conseguido inundar el polideportivo

El malestar se está apoderando desde hace un mes entre los usuarios y gestores del polideportivo municipal de Elorrio. Desde el pasado 5 de octubre los vestuarios de las piscinas están siendo objeto de actos incívicos, que algunos usuarios han calificado como “sabotajes”, ya que una o varias personas se dedican a introducir objetos de todo tipo en los sumideros, lo que provoca el anegamiento de las dependencias.

La primera actuación de esas características se detectó el pasado 5 de octubre en uno de los vestuarios de la piscina, “cuando alguien introdujo en uno de los desagües un trozo de tela de unos tres metros al que le habían hecho numerosos nudos”, explicó el director del Polideportivo, Iñaki Olaetxea. La actuación volvió a repetirse los días 13 y 29 del mismo mes, esta vez mediante la introducción de palos, latas de refresco e incluso camisetas.

Tras esas tres acciones llevadas a cabo en el vestuario masculino de la piscina, que han sido calificadas como “bochornosas” y que habían sido “pensadas y realizadas para atascar los sumideros”, este lunes se ha vuelto a repetir esa actuación aunque esta vez la zona afectada era la correspondiente al vestuario femenino.

Vestuario inundado

El resultado de esas acciones incívicas acarrea la inundación del vestuario, donde se acumularon con rapidez cinco centímetros de agua. “En esas condiciones nos vemos obligados a cerrarlo y a habilitar uno de los vestuarios destinados a otras actividades deportivas. Eso genera un gran contratiempo entre las cinco y las siete y media de la tarde, porque es la hora de máxima afluencia de usuarios y hay unos 200 chavales en los cursillos”, indicó Olaetxea.

Con la intención de zanjar este tipo de actuaciones, los responsables de la empresa BPXport que gestiona el polideportivo han decidido atornillar todas las tapas de los sumideros. Esa es una de las pocas actuaciones que pueden acometer “porque en los vestuarios no podemos instalar cámaras de vigilancia” y porque el autor o autores de esas acciones las llevan a cabo desde las cabinas individuales.

Ni los gestores de las instalaciones ni los usuarios se explican este tipo de actuaciones, cuya única finalidad parece ser la de “fastidiar. Pero tampoco se entiende muy bien por qué lo hace, ya que el cierre del vestuario también afecta a quien actúa de esa manera”.