La JAED, el espejo solidario al que mira la comunidad educativa

Que la JAED es uno de los principales referentes sociales en Durango y Iurreta no es algo que sorprenda a estas alturas, aunque sí podría extrañar su cada vez más estrecha relación con la comunidad educativa. A lo largo de este trimestre, una quincena de estudiantes del instituto Juan Orobiogoitia de Iurreta se ha trasladado todos los lunes a la sede que la asociación tiene en Kalebarria para colaborar en las labores de distribución de comida a más de 200 familias vulnerables de esas dos localidades.

La presidenta de JAED, Esti Zurikarai, apunta que el reparto se realiza los martes y los jueves, por lo que un grupo de voluntarios y voluntarias se reúne la víspera para dejar las bolsas preparadas. “Solemos estar entre diez y doce personas, a veces más”, apunta antes de explicar que el alumnado del centro les ha ayudado en las últimas semanas a pesar la comida y depositar los paquetes que van en cada una de ellas en una iniciativa que busca que conozcan de cerca esta labor solidaria.

Son bolsas básicas con leche, arroz, pasta, legumbres, fruta, tomate, huevos, patatas, azúcar, productos de higiene y, cuando hay menores en la familia, también yogures y Cola Cao. En ocasiones, también llevan pescado que les dona Cantábrico Arraindegiak. “Repartimos 47 bolsas por semana, de forma que a cada familia le corresponde una al mes”, explica Susana Lorenzo, la vicepresidenta de la asociación, que lleva once años como voluntaria.

No es el único contacto que mantiene la JAED con los colegios de la zona. Desde el curso pasado, reparten fruta de forma diaria y gratuita en los institutos Fray Juan de Zumarraga y Juan Orobiogoitia. “Se pusieron en contacto profesores que habían observado que había alumnos que no llevaban nada para comer y nos pusimos de acuerdo en que les llevábamos fruta y se encargaban ellos de distribuirla”.

También en Iurreta detectaron la misma necesidad con posterioridad y se acordó la misma colaboración. En contraprestación, alumnado de este último centro “ha venido a ayudarnos con las bolsas desde octubre”.

Ayudas “puntuales”

La asociación, que acaba de cumplir 60 años, centra hoy en día su actividad principal en el reparto de alimentos. Comenzaron como junta de ayuda a personas enfermas –“la asistencia que se prestaba antes no tiene nada que ver con la de ahora”–, después pusieron en marcha un ropero solidario y también han tratado de combatir la pobreza energética. “Es algo de lo que ahora se encarga la Cruz Roja porque tiene fondos para ello”.

Sí dedican parte de su presupuesto a apoyar a personas necesitadas con “ayudas económicas puntuales” tras ser derivadas por las trabajadoras sociales. “Es gente que necesita un empujón para poder pagar la fianza y los primeros meses de alquiler, o situaciones similares, pero con el compromiso de que ese dinero se acabe devolviendo”.

Sobre el sorteo benéfico de este año, que se celebrará el 6 de enero y que es una fuente de ingresos esencial para la asociación, Lorenzo está contenta con el ritmo de ventas de las papeletas. “Durante la Feria se vendió bastante. En proporción, más que la pasada edición”.