La hora de decidir

Durango vive hoy un día histórico. Celebra una consulta en la que 24.768 durangarras podrán decidir sobre un proyecto que es clave para su cohesión y transformación urbanística. 

El plan diseñado para los terrenos que fueron liberados tras el soterramiento del tren, denominado PERI I Ferrocarril, se aprobó en 2006 y contempla la construcción de 5 torres de hasta 18 alturas en pleno corazón del municipio. 554 viviendas (111 de VPO) en 62.640 metros cuadrados propiedad del Gobierno vasco en un espacio estratégico para Durango al que llegó el tren en 1882.

Porque –ahí es nada–la línea de ferrocarril Bilbo-Donostia dividió el municipio en dos desde hace 130 años. Y ahora, aunque los talleres y las cocheras de EuskoTren hayan desaparecido, las antiguas vías del tren siguen hipotecando el desarrollo urbanístico del municipio.

Han pasado ocho años desde que el tren empezara a cruzar Durango por su subsuelo, y la apatía y los desencuentros entre partidos e instituciones han convertido esos terrenos en un desierto urbanístico. Lo mismo que los carriles llenos de vegetación y suciedad por los que discurría antiguamente el ferrocarril y que la ciudadanía ha reclamado con insistencia —es de los proyectos más votados en los presupuestos participativos— que se conviertan en un bidegorri.

Ha llegado la hora de tomar decisiones. Los vecinos y vecinas deben dar su opinión hoy. Y mañana, cuanto antes, deberían darse los pasos necesarios para que esos 62.640 metros cuadrados y las antiguas vías del tren se conviertan en los elementos cohesionadores del Durango del futuro.