“Es paradójico que la sociedad europea apoye a Palestina y sus gobiernos a Israel”

El zornotzarra Eneko Gerrikabeitia es el coordinador de la delegación de Mundubat en Palestina, ONG encargada de apoyar proyectos en la zona. Desde hace cuatro años es testigo directo de la realidad que vive el pueblo palestino. “Es una sensación de gran impotencia ver cómo las políticas del régimen israelí gozan de impunidad por parte de las grandes potencias y centros de decisión mundial, frente a una legítima resistencia y lucha del pueblo palestino”, asegura desde Jerusalén.

– ¿Qué labor desempeñas en Palestina?
– Soy el coordinador de la delegación de Mundubat, donde trabajamos tres personas: la durangarra Mónica Alonso, Adeeb de Beit Jala. En mi caso, además de las cuestiones más institucionales, apoyo los proyectos en la zona norte de Palestina, en Qalqilia y Tulkarem concretamente, además de otro conjunto de proyectos extraterritoriales, así como en Gaza. Nos apoyamos mutuamente y funcionamos como equipo.

– ¿Cuál es tu día a día en Palestina?
– El día a día en Palestina tiene su fuerte en la oficina de Mundubat, desde donde redactamos informes, formulamos algunas denuncias, desarrollamos reuniones y mantenemos comunicación con Euskadi y el resto del equipo de Mundubat en el Estado español.

– ¿Cómo se vive “in situ” el drama del pueblo palestino?
– Por un lado, lo definiría como una sensación de gran impotencia, como ciudadano occidental que ve cómo las políticas del régimen israelí gozan de impunidad por parte de las grandes potencias y centros de decisión mundial, frente a una legítima resistencia y lucha del pueblo palestino. Por otro lado, con mucho optimismo porque veo que la lucha de este pueblo se está articulando más y mejor con otras resistencias, por ejemplo, a nivel latinoamericano, como acabamos de evidenciar en el Foro Social Mundial Palestina Libre, que ha tenido lugar en Brasil.

– ¿Cuál es la situación de la mujer?
-El movimiento de mujeres en Palestina es muy combativo y bastante organizado, con fuertes liderazgos históricos y actuales.  La existencia de un gobierno palestino y la progresiva creación de un nuevo marco legal, configuran un nuevo contexto para la actuación de las organizaciones de mujeres. Varios ministerios tienen competencias directas en asuntos que les atañen, y otras instancias gubernamentales tienen departamentos o han diseñado programas específicos dirigidos a ellas.  A pesar de este incipiente entramado institucional, existen muchas resistencias de sectores conservadores palestinos.

– ¿Y cómo se percibe su militancia en una sociedad islámica?
– Aunque las mujeres son gran parte de la mano de obra en la agricultura representando un 29,9% de las mujeres trabajadoras, la mayoría no son asalariadas. Aunque tengan derecho a heredar tierras, pocas hacen uso de él y tienen acceso limitado a tierras agrícolas, formación y cooperativas. La militancia de la mujer es vista en muchos casos como un abandono del espacio privado familiar y la exposición pública del honor de la familia a la que pertenece.

– Y la violencia de género, ¿cómo se aborda?
– Las experiencias acumuladas por las distintas organizaciones han permitido que temas como la violencia doméstica, los derechos políticos o la discriminación laboral se aborden de manera más abierta en la opinión pública. Pero las mujeres palestinas, después de haber relegado sus propias agendas en aras de la “lucha nacional”, se resisten a aplazar la lucha por sus derechos. Hay que tener en cuenta que el islamismo supone una importante traba en las reformas legislativas de carácter liberal o laico que les afectan, o a la hora de llevar a cabo programas de planificación familiar, participación política y protagonismo social de la mujer.

Discriminación de la infancia

– ¿Cuál es la realidad de la infancia palestina?
-La situación en Jerusalén es de absoluta discriminación. Aunque la Corte Suprema de Israel dictaminó que la Autoridad Educativa debía matricular a todos los niños y niñas en edad escolar, aún cuando no se dispusiera de aulas para ello, en la actualidad sólo aproximadamente la mitad de los niños y niñas de Jerusalén Este, es decir unos 39.400 de los 79.000 en edad escolar, estudia en el sistema municipal. A la otra mitad se le ha denegado el acceso a la educación pública gratuita y asiste a escuelas privadas, no oficiales, gestionadas por las iglesias, la Waqf, las Naciones Unidas, u otros grupos palestinos. En muchas de estas escuelas los estudios son muy caros. Aproximadamente 9.000 niños y niñas en edad escolar no se encuentran matriculados en ninguno de los sistemas mencionados.

 – ¿También son blanco de los ataques de Israel?
– Algo muy impactante son las detenciones de niños y niñas en Jerusalén Este. En 2011, fueron abiertos 1.267 expedientes criminales a menores palestinos que fueron acusados de arrojar piedras, y se ha comprobado que el 80% recibieron malos tratos durante el arresto. Muchos de ellos contaban tan solo entre 11 y 17 años.

– ¿Qué expectativas genera el triunfo de Barack Obama en aras a resolver el conflicto en Oriente Medio?
– El gobierno anterior de Obama, que si bien en un primer momento suscitó alguna pequeña esperanza de aportar otra mirada hacia el conflicto, se tornó en un ferviente seguidor de las políticas del Estado de Israel, hecho que se ha contrastado aún más durante los últimos acontecimientos en Gaza con un respaldo contundente y sin fisuras de su gobierno a los ataques israelíes sobre la Franja. EEUU no ha hecho más que aplaudir, bajo el lobby sionista, y aupar estas políticas bajo el ya obsoleto y evidentemente no creíble lema de que “es la única democracia de la región”.

– Israel también celebrará el 23 de enero elecciones. ¿Qué se espera desde Palestina?
– No se esperan cambios mayores. Quizás, incluso, un mayor recrudecimiento de las políticas represivas de la ocupación. Es muy certero que la derecha más prosionista de Israel gane las elecciones.

– ¿Cómo se ha vivido la decisión de la ONU de incluir a Palestina como estado observador?
– En general, como un aspecto positivo, porque se va ganando espacio y visibilidad a nivel internacional, incluso a nivel legal internacional podría considerarse como uno de los primeros pasos para poder juzgar a Israel por determinados crímenes. No obstante, esta decisión no supone recuperación de los derechos legítimos del pueblo palestino, como el derecho al retorno de los refugiados, soberanía plena y derecho a la autodeterminación, capital Jerusalén…, derechos que ya están recogidos en numerosas resoluciones y declaraciones del Consejo y Asamblea de Naciones Unidas que Israel no acata.

Bombardeos en Gaza

– ¿Y los cruentos bombardeos en la Franja de Gaza?
– Los últimos bombardeos, con más de 150 personas asesinadas por Israel, más allá de este crimen y sus consecuencias, han encontrado una resistencia fuerte, unida y bastante organizada desde Gaza. Ha supuesto una renovada energía de resistencia para numerosos sectores palestinos que con el apoyo internacional de diversos países vecinos como Egipto, Túnez y Turquía, han conseguido rebajar el bloqueo impuesto a Gaza desde 2007. Ahora los pescadores pueden salir a pescar más lejos y las familias agricultoras han aumentado su espacio de producción bastante más cerca del muro que Israel construyó para bloquear Gaza. Israel se ha comprometido a no disparar a objetivos específicos y políticos. Es decir ha supuesto mejorar las condiciones de familias palestinas en la Franja y un optimismo refundado entre las diversas facciones palestinas.

– Así y todo, mientras que la comunidad internacional da la espalda a esta parte del mundo, Mundubat brinda su apoyo al pueblo palestino.
– Efectivamente, y ese es uno de los grandes problemas de la dramática situación de Palestina, que la comunidad internacional no pone los medios para tomar decisiones de calado y denuncia de Israel, que es el país que de forma más recurrente ha violado las resoluciones de Naciones Unidas, y encarar así el problema de la ocupación del territorio palestino. Es una paradoja que la mayor parte de la sociedad europea apoye los intereses legítimos del pueblo palestino, mientras que sus gobiernos son cómplices de Israel en sus políticas.

ZORNOTZAN. Noticias de Amorebieta