“Actuar en Salzburgo es la consecuencia de muchos años de buen trabajo”

El abadiñarra Andeka Gorrotxategi afronta un año trascendental en su carrera, con actuaciones en los grandes escenarios líricos europeos. Entre ellos, el Festival de ópera de Salzburgo, considerado uno de los más importantes del mundo. El público durangarra tendrá ocasión de disfrutar de su talento sin tener que ir muy lejos, ya que el día 29 actuará en la basílica de Andra Mari dentro de la Quincena Musical.

-¿Eras de los que, desde pequeño, tenían claro que se dedicarían al canto?
-La verdad es que no, empecé por hacer un favor. Yo estaba en Kriskitin y había dos chicas allí que también cantaban en el conservatorio de Durango. Me dijeron que necesitaban chicos para el coro y me pidieron que me apuntara. Fue allí donde empecé a adquirir mis primeros conocimientos técnicos. Conocía un poco dónde me metía, porque con 9 años empecé con solfeo y mis hermanas también cantaban.

-Dejaste huella en la escuela de música de Durango. ¿Cómo recuerdas esa etapa de tu vida?
-Con cierta melancolía. Cuando entré tenía 18 años, no trabajaba ni tenía una hipoteca que pagar. Vivía con mis padres y no tenía responsabilidades. Era una época en la que podía centrarme en hacer lo que me gustaba, sin preocupaciones. De allí, pasé por Bilbao y Madrid para completar mis estudios.

-¿En qué momento decides que quieres dedicarte al canto profesionalmente?
-Fue algo indirecto. Me matriculé en geología en Leioa, pero me di cuenta de que no quería estudiar tanto, ja, ja, ja. Prefería algo con menos teoría y más práctica. Y como ya llevaba un tiempo estudiando en Bartolomé Ertzilla y me gustaba, decidí centrarme en la lírica.

De Abadiño a Italia

-Muchos estudiantes se sienten desamparados al enfrentarse al mundo laboral tras finalizar sus estudios. ¿Ocurre lo mismo con el canto?
-Como en todo, la experiencia es lo que te hace avanzar. Por mucha formación que tengas, lo que te hace mejorar es la presión de tener un trabajo, la obligación de alcanzar un nivel y superar obstáculos técnicos. No te queda otra, si no quieres fracasar.

-¿Cómo fue ese proceso al principio? ¿En la lírica también hay ‘garitos’ en los que ganar experiencia?
-Ja, ja. Sí, son los clásicos bolos de conciertos, operas y zarzuelas a pequeña escala. Yo empecé en un coro amateur con papeles secundarios y luego fui asumiendo roles principales. La ventaja es que el solista suele cobrar y así fui sobreviviendo al principio.

-Y de ahí, ¿cómo se llega a los circuitos internacionales?
-Siempre digo que es cuestión de estar en el momento preciso en el lugar indicado. Estaba en Madrid ensayando para una actuación y me escuchó el que ahora es mi agente. Le gustó y me dijo que tenía varios proyectos en los que yo podía encajar. A través de él, empecé a hacer audiciones en Italia y me llamaron para cantar varias óperas.

-¿Cuál fue la actuación en la que sentiste que ibas por el camino correcto para hacerte un nombre en la lírica?
-Hace cuatro años en Bergamo, con la ópera ‘Madame Butterfly’. Era mi primer papel importante y estaba muy nervioso. Pero fue un valioso peldaño para mejorar mi curriculum.

Festival de ópera de Salzburgo

-Este año has viajado más que nunca, ¿cómo se compagina con tu vida personal?
-La verdad es que tenido pocas vacaciones. He pasado por Australia, México, Brasil, Pekín… He dado tumbos por todo el mundo y creo que sólo he podido descansar unas pocas semanas aisladas. Y cuando dispongo de unos días, tengo tantos compromisos y gente que visitar que se me pasan sin darme cuenta. Es complicado, pero hago lo que me gusta y la gente me apoya mucho. Gracias a eso se sobrelleva.

-Has encontrado un hueco para pasar por Durango, ¿cómo va a ser tu actuación en la Quincena Musical?
-Ana Celia Ormaetxea, la encargada del festival, me pidió que seleccionara un repertorio popular, con temas conocidos por el público. Cantaré melodías muy fáciles de escuchar, con arias de ópera, zarzuelas y canciones en euskera que seguro que sonarán a mucha gente.

-Se insiste en que 2015 puede ser el año de tu ‘puesta de largo’ en el panorama lírico.
-Creo que es una consecuencia de llevar mucho tiempo trabajando bien. Poco a poco he ido evolucionando y, a causa de ello, se me ofrecen mejores papeles. En los próximos meses, actuaré en el teatro Regio de Turín, el Teatro Real de Madrid, en Dresde o en el festival de verano de Salzburgo, uno de los más importantes del mundo. Esto es casi el tope que puedo conseguir.

-Imagina que pudieras escoger el papel y el escenario que quisieras. ¿Cuáles serían?
-Me gustaría que me volvieran a llamar de Salzburgo para interpretar un papel principal, ya que esta temporada tendré roles muy lucidos, pero breves. O si no, ser el cantante principal de ‘El trovador’ de Verdi, en el Metropolitan de Nueva York. No sé qué puede haber mejor que eso.