Pan para hoy y hambre para mañana

Esta es la forma de hacer política del señor Navarro y sus acólitos en Abadiño (noticia sobre la implantación de Mercadona y Lidl en el barrio Murueta). El pretender modificar el planeamiento municipal para dar cabida en la periferia a dos nuevos supermercados, argumentándolo en los supuestos beneficios económicos de esa implantación, deja en evidencia la miopía política rampante en nuestra comarca.

No estaría de sobra que se aportara un informe serio de la pérdida de puestos de trabajo en el pequeño comercio urbano que la instalación de este tipo de supermercados conlleva en la periferia. No solo directos, sobre pequeñas tiendas de alimentación, también los indirectos por el cada vez más palpable vaciamiento de las calles de nuestros pueblos por un modelo de consumo que nos lleva (en coche, por supuesto) a consumir a la periferia de los pueblos.

No hay hoy en día documento que se precie en el ámbito de la lucha contra el cambio climático que no hable de la necesidad de desarrollos urbanos compactos y no disgregados, de la necesidad de acceder a recursos básicos en los centros urbanos y reducir al máximo la expansión hacia el exterior. No solo por lo que suponen de consumo de recursos (suelo, agua, necesidad de llevar equipamientos al exterior), también porque conllevan una dependencia mayor del vehículo privado, es decir mayor emisión de CO2.

No estaría de sobra que se aportara un informe serio de la pérdida de puestos de trabajo en el pequeño comercio urbano que la instalación de este tipo de supermercados conlleva en la periferia

No le niego a Navarro el conocimiento de que el mayor impacto será en Durango, más que en el propio Abadiño. Y es muy probable que se la traiga al pairo. Por desgracia la competencia entre municipios es la visión que se ha impuesto en nuestra comarca, por encima de la cooperación y el trabajo mancomunado.

Cada uno con su polígono y su supermercado, compitiendo con el de al lado, con su piscinas propias y equipamientos varios que en época de crisis suponen un gasto casi inasumible. En vez de darnos cuenta de que somos una realidad urbanística y sociológica prácticamente unida (Iurreta, Durango, Matiena, Abadiño), que existen figuras urbanísticas y desde luego el sentido común para utilizar los recursos de manera eficaz y eficiente. Y sobre todo para tener pueblos con vida y cohesionados, sin tener que recurrir al populismo que nos haga ganar unas elecciones dentro de 3 años, pero nos dejen una realidad socioeconómica devastadora a medio plazo.

Dani Maeztu. Parlamentario de EH Bildu y concejal de Durango