Bella anarquía

De contradicciones está
llena la vida.

La asociación Stop
Accidentes ha iniciado una
campaña en pro de la
movilidad segura en Durango con
especial incidencia en el uso de la
bicicleta. Conoce, circula, comparte,
respeta, vienen a ser los cuatro
puntos básicos que
deberíamos de asumir los
buenos ciudadanos.

Después de varios
años con una red de
bidegorris que todavía tiene
caminos por recorrer, nuestra
localidad, afortunadamente, se ha
convertido en un centro de
actividad de individu@s de todo
pelaje: skaters, peatones,
patinadores, ciclistas urbanos,
cicloturistas, conductores…
Faltarían las goitiberas y tal
vez el carro de Manolo Escobar o
mejor aquél de Txibiton,
tirado por dos bueyes, que
venía a Landako con satsa
para abonar las huertas.

Sobra comentar que toda esta
labor que realiza actualmente la
mencionada asociación se
lleva a cabo precisamente porque
no existe una cultura de la
bicicleta, dejando aparte la
educación en civismo y
urbanidad.

Y
acaeció que en la
presentación de la
susodicha campaña y una
vez finalizada la misma, se
estableció una ronda de
intervenciones de los asistentes.

Con toda su buena
intención, uno de los
participantes comentó la
generosa idea de Stop Accidentes,
encaminada a lograr la concordia
entre aquellos protagonistas de la
calle que más arriba se han
mencionado, y por lo tanto, para
acabar de alguna manera con la
“anarquía”
reinante.

Quiere la
casualidad que de regreso de
Flandes, tras haber visitado Brujas
y Gante una vez más,
todavía no conozco ni el
diseño ni el color de los
uniformes de la policía
municipal de dichas ciudades, y sin
embargo todo discurre con
absoluta normalidad,
entiéndase por ello que una
misma calle es compartida por el
tranvía, los peatones, los
coches, las motos y las bicicletas y
nadie se altera por ello. Cada
cuál circula sin agobiarse
por la presencia del otro y
asumiendo lo lógico de la
situación. Producto de una
educación social con fuerte
arraigo.

Bella
anarquía armónica,
lograda a base de respetarse
mutuamente, asignatura pendiente
que tenemos por estas latitudes.

¿Más
policía municipal o agentes
cívicos? Hasta que los
durangueses aprehendamos
comportamientos y queden
grabados en nuestro subconsciente
para mostrarlos cuando se
prensente la ocasión, es
decir, las 24 horas del día,
porque se convertirán en
nuestro “modus
vivendi”, en algo tan
corriente como cerrar la puerta de
casa cuando sales o ponerte ropa
de abrigo cuando nieva.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.