Colas para niños y niñas

Que sí, que los niños y niñas pueden jugar con piedras, palos y tierra… y hojas de árboles. Que sí, que cuando organizas algo para ellos y ellas siempre hay colas… y desmadre y alboroto. Que sí, que años atrás se buscaban la vida, hacían trastadas y eran felices y educados… Que sí, que soy un recién llegado y aquí la gente ya lleva aguantando mucho. Que sí, que me quejo de vicio…

Me quejo de vicio, pero resulta que el otro día en Ezkurdi había más niños y niñas que en el cumpleaños de Pirritx eta Porrotx. De Mañaria, de Berriz, de Elorrio, de Iurreta… y de Durango, claro. Había cientos de niños y niñas porque en el programa de fiestas se anunciaba que habría castillos hinchables y juegos de agua. Y aunque había cientos, no hubo miles porque quizás muchos de ellos se dieron media vuelta. El motivo: las colas, las esperas.

¿Os imagináis decirle a un jubilado que tiene que esperar una cola de media hora para sentarse en la mesa a comer en la comida de los y las jubiladas? ¿Os imagináis que en Zezenak Dira hagan turnos para poder entrar al circuito? ¿Os imagináis que en el concierto de la Banda de Música se saque de Andra Mari a quienes no consigan silla para sentarse? Es cierto, en el concurso de Marmitako hay un cupo cerrado de inscritos e inscritas, pero quien se queda fuera seguro que se queja, y con razón.

Que sí, que puede salir mal y haber una aglomeración de niños y niñas que han decidido todas levantarse de la cama a la misma hora, salir a la calle, e ir a celebrar los San Faustos al mismo sitio. Que sí, que puede ser un hecho aislado. Que sí, que por lo del sábado no hay que generalizar… Pero, sinceramente, creo que tenemos que quejarnos para aspirar a algo más.

Somos un pueblo de 30.000 habitantes, cabecera de comarca, vocación de pueblo de servicios, que acoge a gente de todo el entorno. ¿Y qué relato nos cuesta en el ámbito del ocio para los más pequeños? ¿Qué nos ofrece? ¿Cómo se planifican las políticas para niños, niñas y familias? No hace falta dinero para hacer grandes cosas, hace falta sensibilidad.

• Mañaria: proceso participativo para construir una zona de ocio según los gustos, preferencias y necesidades de los más pequeños (fueron ellas quienes decidieron).
• Iurreta: mini rocódromo y chorros de agua que se le quita el hipo a cualquier chaval.
• Tolosa: proyecto Haurren Hiria en marcha, siguiendo los postulados de Francesco Tonucci.
• Abadiño: un lago original que ofrece vistas a los montes de Durangaldea.
• Izurtza: arenero más que digno para meter pico y pala, en un pueblo de menos de 1.000 habitantes.

Que sí, que hay otras prioridades… pero aunque parezca freaky, me quejo.

Como decía en un artículo el profesor de la UPV Unai Martin, el coste de la crianza se debe socializar, teniendo un papel importante en ello las instituciones públicas. También el ocio y la educación se deben socializar. Ekhi y yo podemos ir al río a echar piedras. Pero, sin negar que hay un camino recorrido, me gustaría pedir al ayuntamiento de Durango que aterrice en el siglo XXI y cuente algo en este ámbito.

Y lo pienso cada sábado cuando veo a jóvenes de 15 años comiendo pipas y robando el wifi en el polideportivo de Landako.

Julen Orbegozo kazetaria da