San Fausto se queda sin tiendas

Yolanda Arrieta cerró hace apenas un mes la última tienda de las de toda la vida que quedaba en San Fausto. Ha puesto fin, así, a una etapa a la que ha dedicado más de treinta años. “Es un trabajo muy entregado. Abría todos los días, así que ni fines de semana ni apenas vacaciones. Con diez días me tenía que conformar”.

Desde su local de ultramarinos de la calle Zeharmendieta, Yolanda ha seguido atentamente la evolución del barrio que le vio nacer. Reconoce que “ha cambiado mucho” y, aunque hay aspectos de esta transformación que valora positivamente, echa en falta la cercanía de antaño. “Ni se cerraban las puertas de las casas. Pasabas donde la vecina con total tranquilidad”, recuerda.

De hecho, lo que más lamenta de su decisión es perder el contacto con la gente. “Les voy a ver menos y eso sí que lo voy a notar porque, aparte de dependienta, hacías de amiga, de consejera… A muchos les subíamos los recados hasta casa y si alguno necesitaba que le acercaras al ambulatorio, allí estábamos mi marido o yo para hacerlo”.

Comercialmente, San Fausto se ha visto engullido por las grandes superficies. Cuando ella se puso por primera vez detrás del mostrador había tres tiendas de barrio, “de las que tienen un poco de todo”. En este tiempo también ha visto cómo echaban la persiana dos pescaderías, otras tantas carnicerías, varios despachos de pan y un supermercado.

“Fue ponerse Sabeco (actualmente Simply) y Eroski, y empezar a cerrar todas”. Ella pudo sobrevivir porque, al ser una franquicia de una empresa panadera, no tenía renta. Aun así, los ingresos fueron menguando hasta el punto de que, hace tres años, comenzó a rondarle por la cabeza la idea de buscar otra salida laboral. “Metes un montón de horas para un sueldo que lo puedes sacar tranquilamente trabajando en cualquier otro sitio”.

A los centros comerciales que existen ya en las inmediaciones de San Fausto pueden sumarse, en breve, varios más. Yolanda cree que quien tenga intención de abrir un negocio en el barrio “lo va a tener complicado”, pero es algo que ya no le preocupa demasiado. Ahora está centrada en comprobar “qué tal es la vida de relax”.