Cuenta la tradición que para encontrar novio o novia lo antes posible hay que dar vueltas a la piedra que hay frente al acceso al Santuario de Urkiola. San Antonio de Padua, el santo casamentero por excelencia, hace el resto. Se piense lo que se piense sobre este ritual, lo cierto es que el ‘meteorito’ suele convertirse en uno de los reclamos principales de la fiesta que conmemora la festividad del copatrón del santuario. El tirón del santo es tal que ni el mal tiempo impidió que miles de visitantes se acercaran ayer a este rincón del parque natural a disfrutar de una entretenida jornada.
Bertsos, trikitilaris y puestos de rosquillas y otros productos pusieron la nota de color a una de las romerías más conocidas de la provincia desde primera hora de la mañana. Pese a la lluvia, los coches fueron llenando los aparcamientos, aunque los devotos de San Antonio más previsores aprovecharon el servicio de autobuses que fletó la Diputación desde Abadiño y Durango para desplazarse hasta el puerto. Bastante más escasos fueron los atrevidos que cubrieron toda la ascensión a pie.
El próximo sábado, 19 de junio, el Santuario de Urkiola acogerá la rogativa de Arratia y, un día después, será el domingo de repetición. Junto a las habituales misas, las campas del alto acogerán una muestra de perros pastor, deporte rural y música.