Río de Oro repone en unas horas
los 200 kilos de ayuda humanitaria para el Sáhara que les habían robado

“Al final nos vamos contentos, porque preferimos quedarnos con lo positivo y la respuesta ha sido impresionante”. Mikel del Arco y otros cinco voluntarios de la organización no gubernamental Río de Oro emprenden hoy su viaje hacia los campamentos de refugiados saharauis cargados hasta los topes de alimentos, ropa y artículos de higiene.

200 kilos “de solidaridad y esperanza para un pueblo que lleva refugiado más de 43 años” que a punto estuvieron de no llegar a Tinduf. El miércoles por la noche dejaron aparcada la furgoneta en la calle Arriluzea de Tabira y alguien les robó todo su contenido.

“Estuvimos a punto de tirar la toalla y no llevar nada”, apunta Del Arco, “pero hicimos un último esfuerzo porque el pueblo saharaui se lo merece”. Así que difundieron por las Redes Sociales lo ocurrido y empezaron a recibir mensajes y llamadas de gente que quería ayudar. En cuestión de horas, han conseguido reponer todo lo que les habían robado.

Una vez más, Durango y Durangaldea se han volcado y han demostrado que “ahí están cuando se les necesita”. Tras esta agridulce experiencia, los seis voluntarios de Río de Oro tienen “más ganas que nunca” de llevar esa ayuda humanitaria a los campos de refugiados y reencontrarse allí con los niños y niñas con discapacidad que han pasado los últimos veranos en Izurtza.