De profesión, guía de montaña

Igor-Bernas-Canadá — Igor Bernas, en Canadá.

El turismo vinculado a la naturaleza y los deportes de aventura ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años. Esquí, escalada, rafting, descenso de cañones y senderismo son algunas de las prácticas más demandadas entre las empresas que ofrecen este tipo de paquetes. Puedes programar una escapada con tu familia y amigos a las Montañas Rocosas de Canadá a realizar una travesía por la nieve, como puedes calzarte las botas para hacer barranquismo en Sierra de Guara, a pocos kilómetros de Huesca.

Lo que más ha cambiado en este sector es que, hasta no hace demasiado tiempo, poca gente veía la necesidad de contratar un guía que te organizara el viaje y te acompañara a hacer trekking por los Pirineos o Picos de Europa. Y menos en Euskadi, donde el montañismo es una práctica muy arraigada. Pero esa cultura va cambiando poco a poco y las alternativas laborales van ampliándose para los profesionales del turismo deportivo.

La apertura de un centro público de enseñanzas deportivas como Kirolene, ubicado en Durango, también ha ayudado a despejar el horizonte permitiendo a muchos aficionados a este tipo de disciplinas conseguir titulaciones que acrediten sus conocimientos. Uno de ellos es Rafa Peñafiel, técnico deportivo en barrancos y media montaña. El durangarra fundó en 2013 Lurra Adventure después de encadenar otro tipo de trabajos y desde el año pasado vive de su empresa.

También Igor Bernas se ha dedicado profesionalmente a ello durante una década. En su caso, se ha forjado como guía de esquí y de media montaña en Canadá. A diferencia de Peñafiel, Bernas ha decidido cambiar de rumbo y ha regresado a Durango para analizar otras opciones laborales. Si se presenta la oportunidad, le gustaría trabajar de ingeniero electrónico, carrera que terminó en Mondragon Unibertsitatea antes de trasladarse a vivir a Norteamérica.

Bernas era, curiosamente, el guía del grupo de esquiadores vascos que grabó a finales del pasado mes de abril un espectacular alud de nieve en Canadá.

Montaña-Bernas — Bernas, con el grupo testigo de la avalancha en Canadá.

“Es un trabajo bonito, pero exige un montón”

Igor Bernas, que acaba de cumplir 36 años, ha regresado a casa con todas las maletas. Marchó a Canadá al acabar la carrera, “en plena crisis”, con el propósito de aprender un poco más de inglés y escalar en el hielo de las Montañas Rocosas, y en este país se le abrieron los ojos. “Aquello era un sueño”.

Poco a poco se vio con potencial como para poder trabajar como guía de esquí de montaña y en helicóptero, y empezó a formarse hasta lograr la acreditación de la exigente asociación canadiense que aglutina a los profesionales de este sector. “El nivel es muy alto y más, para alguien de fuera, pero después de tres años entrenando lo conseguí”.

Con el tiempo montó incluso su propia empresa junto al durangarra Unai Murua para organizar actividades guiadas y cursos. De hecho, el verano pasado fue el guía de un grupo de 16 personas del Alpino Tabira que querían hacer trekking en las Montañas Rocosas.

Uno de las últimas travesías que realizó en Canadá fue con Aitor Arbulu, Jurek Ziemkiewicz y Ane Hernani, unos amigos de Arratia y Elorrio “que vinieron a pasar unos días al terminar yo la temporada de esquí”. Costará que alguno de ellos olvide el viaje porque fueron los principales testigos de una impresionante avalancha de nieve húmeda que pudieron grabar con sus cámaras y que se ha convertido en un vídeo viral reproducido por miles de medios de comunicación.

“Más que susto fue la sorpresa de ver tanta cantidad de nieve cayendo. Conozco bien la zona y sabía que donde estábamos no había peligro, estaba todo controlado, pero en un momento nos apuramos porque el canal era muy estrecho y el volumen de nieve era impresionante. Estuvo así durante más de diez minutos”, explica.

En cuanto a su decisión de volver a Durango después de diez años y haber obtenido, incluso, la doble nacionalidad, Bernas está convencido de que es el momento de pensar en su futuro. “Ser guía es un trabajo muy intenso. Muy bonito, pero que te exige un montón, y en el que te pasas seis meses del año trabajando prácticamente sin descanso. Además, el estilo de vida canadiense es muy diferente al nuestro”.

Montaña-Rafa-Peñafiel-Lurra-Adventure — Rafa Peñafiel.

“Durante la temporada vivo en la furgoneta”

Rafa Peñafiel oferta desde su empresa “auténticas experiencias de aventura en contacto con la Naturaleza” para todas aquellas personas que sienten atracción por el mundo de las montañas y los espacios naturales. Él vive su trabajo como una forma escapar de la rutina y cargar pilas, y así le gusta transmitirlo a toda su clientela.

Aunque comparte con Bernas su afición por los deportes de montaña desde jóvenes, las trayectorias de ambos son antagónicas. Peñafiel pasó de un trabajo a otro hasta que descubrió Kirolene –“un centro con prestigio que te abre muchas puertas”– y empezó a ser contratado por empresas especializadas en deportes de aventura. Hace cuatro años puso en marcha Lurra Adventure y siente que ese es su sitio.

“Es verdad que durante la temporada vivo prácticamente en la furgoneta y que, a veces, hay que tener mucha paciencia, pero lo mío es vocacional. Además, es muy gratificante ver cómo la gente supera retos que no creía posibles y eso redunda en autoestima”.

La cartera de clientes de Peñafiel crece día a día. De momento trabaja solo, pero tiene una red de guías a los que recurre cuando necesita apoyo. En verano, predomina el turismo de Madrid, Catalunya y Aragón, aunque los franceses siguen llevándose la palma. “Es un país con una cultura montañera muy importante y donde la profesión de guía tiene más de 100 años. Aquí, en Euskadi, estamos acostumbrados a andar solos por el monte, pero para ellos lo normal es contratar a un profesional”.

Puestos a pedir, y como se acercan las vacaciones, preguntamos a Peñafiel por el destino que recomendaría a cualquier amigo. Él no duda. Isla Reunión, el Everest del barranquismo.

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