Parques, aparcamientos y presupuestos participativos

Hoy voy a tratar de explicar algunas cuestiones y también algunas acciones que han surgido desde que el pasado mes de octubre publiqué la columna ‘Tadu, ¿parque o aparcamiento?’. En aquella columna trataba básicamente de la conveniencia de dedicar el nuevo espacio que se va a generar tras el derribo de los antiguos pabellones de Tadu, bien a un parque público, o a un aparcamiento, tal y como propone el gobierno municipal. Acompañé la columna con un video, montado a modo de ejemplo de lo que en aquel espacio se puede desarrollar, sin ningún interés especifico en que las actividades que allí se mostraban fueran las que se desarrollen, sino más bien para que el tamaño de instalaciones que a todos nos son familiares permitiera dar una idea aproximada de las dimensiones e importancia del terreno del que trataba. Al hilo de la conveniencia de que en vez dedicar este espacio a parque, se pudiera dedicar a aparcamiento, surgieron los comentarios tales como si ese espacio está más o menos alejado del centro del municipio para que al aparcamiento pretendido se pueda catalogar como periférico, o directamente quienes ventilan el asunto dando por hecho que en esa área del municipio es más necesario un aparcamiento que un parque.

Pasa el tiempo, poco, y en apenas un mes se convoca a los vecinos de Aramotz-Zabalarra a una reunión para recoger aportaciones a un borrador que aportaba el equipo de gobierno municipal, para el diseño definitivo del parque de Errotaritxuena. Parque este, ya existente, pero al que se le pretende dar un diseño definitivo.

Es en este punto en el que surgen algunas dudas sobre la comparación de dos proyectos y la idoneidad de su localización y necesidad. Vaya por delante que la existencia y mejora del parque de Errotaritxuena, no la pongo en duda en ningún caso. Únicamente comparo su ubicación con respecto al área urbana de Durango, como ejemplo para determinar si en Tadu es más conveniente ubicar un parque o un aparcamiento.

Si para situar geográficamente el área urbana de Durango trazamos una circunferencia de un kilómetro de radio, dentro de esta circunferencia delimitamos tanto el límite con Iurreta en el barrio de Aramotz, como el límite con Abadiano en el barrio de San Fausto. Si a su vez trazamos otras dos circunferencias, estas de 250 metros de radio, en el centro de Tadu y Errotaritxuena, tendremos un modelo muy visual de la situación de ambos espacios con relación tanto al centro físico del municipio, como su relación con los límites del área urbana. No voy a entrar en valorar, en el caso de Tadu ni la cercanía al centro para la conveniencia de establecer un parque, ni la distancia a los límites urbanos, para establecer un aparcamiento pretendidamente disuasorio. En cuanto a Errotaritxuena, únicamente apuntar que es llamativa su relación de cercanía con el futuro “pulmón verde de Durango” situado en los terrenos del PERI Ferrocarril a escasos 250 metros.

Y continuando con la línea temporal que nos trae de octubre a hoy, queda tratar de los presupuestos participativos. Un proceso de participación, en el que por problemas de agenda, según explican desde el Ayuntamiento, se ofrecen una serie de proyectos, de mayor o menor entidad, 16 en total, sobre los que se pide a la ciudadanía que decida cuáles llevar adelante, con un límite económico fijado en 600.000 €. Hay que precisar que entre los 16 proyectos tenemos de todo, desde los 300.000 € para la renovación de los vestuarios de las instalaciones deportivas de Tabira, a los 10.000 € para realizar las “actuaciones necesarias para recuperar el ídolo de Mikeldi”, pasando por los 35.000 € destinados a “desarrollar una nueva web municipal más atractiva, accesible, ágil y práctica”. Y entre los 16 también se ha incluido una propuesta valorada en 162.000 € para “construir un nuevo parking disuasorio en los terrenos de la antigua empresa Tadu, junto a la rotonda Gernikako Arbola”. Sumando los importes de todas las propuestas obtenemos un total de 934.000 € y si descontamos por poner un ejemplo, dos de las propuestas que no suponen crear algo nuevo, sino mejorar algo ya existente, como son la página web municipal y los vestuarios de Tabira, que juntos suman un total de 335.000 €, resulta que quedan por adjudicar 599.000 €, 1.000 € menos que el límite de los 600.000€. En resumidas cuentas se pueden aprobar 14 de 16 medidas de forma automática, de hecho no haría falta ni votarlas.

Pero el refrendo popular, el respaldo de la participación ciudadana, el “gobierno para el pueblo” es muy importante, es más, es imprescindible, porque este equipo de gobierno municipal no quiere sufrir en carnes propias lo que el anterior, con el caso del intento de construcción del aparcamiento en Mikeldi.

Quienes hoy gobiernan estaban en el apoyo a los vecinos que se manifestaban en contra de aquel parking y por eso tienen muy claro en qué lado no quieren estar. Es evidente que uno de los objetivos, si no el principal, de estos presupuestos participativos es el de dotar de una legitimación de participación ciudadana a la construcción del parking en Tadu, aun cuando quienes voten por esta propuesta, sean vecinos de la otra punta del municipio buscando un alivio de sus saturadas calles.

Así pues, es evidente que la aprobación de la partida destinada a construir el parking está asegurada, que posteriormente el parking se haga o no, ya es otro tema. El equipo de gobierno, en especial Bildu, lo tiene muy claro; yo, no tanto. Creo que cuando los pabellones empiecen a ser derribados y el solar empiece a ser plenamente visible, los vecinos cercanos y los no tanto, seremos conscientes de la necesidad del parque, en estos momentos de emergencia climática.

Y si finalmente no se construye el parking y tenemos la partida económica asignada, nos podemos hacer la pregunta de: ¿por 162.000 € qué instalaría en un parque?, por ejemplo, un Skate park. Un dos tres, responda otra vez.

Alberto Uriguen