De nuevo, escuchando a la gente

La semana pasada se iniciaron las obras para derruir el edificio que durante tantos años albergó la estación de tren en Durango. El valor de este edificio no sólo se calcula por su antigüedad, ni por su estética, ni tampoco por su arquitectura, su valor es afectivo y emocional, pero quizá ese es un valor que sólo aprecian o apreciamos unas cuantas personas, para otros la rentabilidad económica queda por encima de cualquier otro aspecto de la vida.

Como en otras ocasiones, en Durango la ciudadanía se ha puesto en marcha y ha buscado las formas de hacer llegar a sus representantes políticos su opinión acerca de este derribo, más de 1500 firmas a través de change.org, 375 firmantes del manifiesto contra su derribo, un recurso presentado ante Patrimonio, por cierto, pendiente de resolución…

Sin embargo, en esta como en tantas otras los y las responsables públicos, esos y esas que toman las decisiones, hacen oídos sordos. Así, de nuevo, PNV-PSOE ordenan desde el Gobierno vasco y PNV-PSOE en Durango consienten el derribo de este emblemático edificio ¿Por qué? ¿Para qué? Para construir una carretera que dará servicio a las 5 torres de viviendas proyectadas por ETS, el porqué lo pueden imaginar, la historia de siempre, intereses económicos.

Es ya algo habitual, que se tomen decisiones que nos afectan o afectarán a todas sin atender a lo que la gente quiere, desea, necesita o prefiere. Lo mismo ocurrió con la aventura de la calificación del suelo, el valor catastral y el IBI, o es lo mismo que está sucediendo ahora con las continuas llamadas de atención de los y las vecinas de Durango respecto a la contaminación del aire y ese olor que inunda nuestro pueblo y alrededores¸ por nombrar algún caso reciente.

Es importante no llevarse a engaño y creer que es despiste, negligencia, falta de conocimiento o  de capacidad, porque no lo es. Nuestros y nuestras  gobernantes son inteligentes y capaces, pero sus intereses son diferentes de nuestros intereses, ellos y ellas obedecen a otra serie de prioridades, allá les dejo a su libre imaginación establecer cuáles.

Concejala de Herriaren Eskubidea