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Las fichas del juego

Desde hace algún tiempo, se dice que el juego y las apuestas son la heroína del siglo XXI. Puede parecer una hipérbole, pero no lo es. En Euskadi, 43.000 personas presentan un trastorno de juego patológico según el Departamento de Salud del Gobierno Vasco. Al igual que ocurrió con el caballo, son los jóvenes quienes más están padeciendo las consecuencias. Y es que el 5% de la población juvenil se enfrenta a esta adicción. Se podría decir que estamos reviviendo una situación parecida, pero en silencio, ya que no existen muestras físicas de las consecuencias.

Un informe del Observatorio Vasco el Juego muestra que la mayoría de la población vasca, el 63,2%, tuvo su primer contacto con el juego entre los 18 y los 34 años. Sin embargo, la misma entidad señala que casi la mitad de los vascos ven elevado el gasto en juego, y el 80% opina que no es bueno para la sociedad y que, además, puede provocar graves consecuencias patológicas, económicas y sociales.

 En los municipios de nuestra comarca, especialmente en Durango, han ido en aumento los salones de juego en los últimos años. Algunos de ellos, además, a escasos metros de centros educativos o juveniles. Nos los encontramos en Fray Juan de Zumarraga, en Goienkale, en Geltoki Kalea o en Juan Mari Altuna, por citar algunos casos.

 Tres grandes grupos de apuestas deportivas han multiplicado su presencia en Euskadi, tanto en locales propios como a través de máquinas en distintos establecimientos de hostelería. Pero el problema no está únicamente en nuestras calles, ya que el juego online también está entrando con fuerza en nuestros municipios, en nuestros hogares, especialmente a través de los más jóvenes, y sin que nos demos cuenta.

 JUEGA. JUEGA. JUEGA.

 Desde la anterior crisis, los mismos medios de comunicación que se dedicaban a extender la idea de que la juventud no tenía futuro incitaban al espectador o al lector a jugar y a apostar, hasta que llegó la limitación publicitaria con la ley impulsada recientemente por el ministro Alberto Garzón. Mientras hacían creer a la juventud que, por muchos estudios universitarios que tuvieran, la formación únicamente les serviría para emigrar casi con lo puesto para trabajar de camareros en el extranjero, les lanzaban un mensaje: podían ganar mucho dinero de forma fácil y sencilla. Así han ido cayendo nuestros jóvenes. Pero no sólo ellos. El mensaje ha llegado del mismo modo a trabajadores y trabajadoras de todas las edades, afectando gravemente a las clases humildes que, en su desesperación por solventar sus problemas económicos, han ido cayendo en la trampa.

 Desde que hace 9 años se reguló el mercado de actividades de juego y ha ido en aumento la inversión en campañas de sensibilización, en Euskadi se ha ido generando una creciente sensibilidad social respecto a los efectos adversos derivados del juego. Sin embargo, esta ley no es suficiente. El problema sigue ahí, y pese a esa percepción, continúa en aumento, por lo fácil que resulta a los más jóvenes acceder a las apuestas de forma online, con cualquier tarjeta de débito o de crédito. Por ello, hay que poner en marcha nuevos mecanismos que permitan tanto frenar el problema como prevenirlo.

La pasada semana, Elkarrekin Podemos ha presentado en el Parlamento Vasco una proposición para la modificación de la ley encargada de regular el juego en Euskadi. La propuesta incluye medidas tan necesarias como establecer una distancia mínima de 500 metros entre las casas de apuestas y los centros educativos, juveniles y centros de tratamiento y rehabilitación de personas jugadores, así como limitar el horario de apertura y cierre. Otra de las propuestas que han lanzado desde la formación afectaría a la fiscalidad, a través de un recargo del 10% en el impuesto sobre el juego.

 PIERDE. PIERDE. PIERDE.

 La proposición está registrada. Ahora sólo falta que el resto de formaciones políticas secunden la iniciativa y busquen soluciones a este grave problema que, aunque sea silencioso, existe, y está destruyendo la vida de muchas familias de nuestro entorno. Tenemos que frenarlo entre todas y todos. Porque quienes “ganan, ganan, ganan” son las empresas que juegan con nuestros problemas económicos y nuestra desesperación, son los medios de comunicación en los que han realizado campañas publicitarias agresivas y son los famosos a los que han estado contratando hasta ahora para protagonizar esos anuncios. Los usuarios nunca ganan. El usuario no es más que una simple ficha de ese juego. Y siempre pierde.

David Hernández es periodista y candidato de Podemos a la alcaldía de Durango.

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1 Comentario

  1. Joker

    Cierto, quien juega no gana. Quien sí gana es el propietario, el Estado y los gobiernos autonómicos. Por eso, se quiere aumentar el impuesto al juego, alejar la ubicación de los establecimientos pero no cerrarlos ni educar. La ciudadanía somos ganado, como vacas a exprimir hasta la esclavitud aun sabiendo que hay tan mala leche … Triste realidad.

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