La última estadística del conjunto de España con fecha 5 de febrero es que se han realizado 686.000 vacunas completas sobre un total de 1.990.000 personas inyectadas, y por aquello de las dobles dosis de la Pfizer, 1.308.000 personas lo están para completar su vacunación con esa vacuna. Pocos datos son, pero menos da una piedra, porque aquí ni eso.
Pero vayamos por partes. Si un protocolo, un procedimiento, existe, es bueno, está difundido y se aplica, precisa de un control de ejecución y a tal fin, supuesto que se den todas las condiciones citadas para el protocolo, sería de todo punto necesario que en un ejercicio de transparencia y bien hacer por parte de nuestra Consejería de Salud –sustituyendo la palabrería por números– el informar a la ciudadanía por semanas y acumulados (para eso está entre otras cosas la informática), el número de personas inyectadas, vacunaciones completadas, y por resto entre ambas, cuántas lo están por hacer.
En este sentido, se debería indicar además el número de dosis recibidas hasta la fecha, por lo que la diferencia entre las recibidas y las aplicadas daría idea del rendimiento, de la eficacia de la gestión de vacunación. Si ese tipo de estadísticas no estuvieran incluidas como elemento de control del sistema, tengo para mi que ya va siendo hora que se haga… y se difunda.
Igualmente con las expectativas de acopio de las dosis a recibir, el ritmo de personas inyectadas por semana, el tipo de vacunas empleadas y la mejora de productividad que se espera en las futuras intervenciones, podrían prever el tiempo en que se espera alcanzar la «inmunidad de rebaño» y el de vacunación total de la población. Y ya fuera de la presentación de las estadísticas sería conveniente que se fuera indicando a las personas vacunadas cómo comportarse a futuro en este asunto de la epidemia.