La buena voluntad y el criterio

Se dice que existe una inteligencia digestiva, dotada de un sistema neuronal similar al del cerebro, a la que se atribuye la responsabilidad última de nuestra felicidad. Todas las personas hemos experimentado que comer correctamente aporta bienestar, energía, vitalidad y optimismo.

Ahora bien, esta inteligencia es vegetativa, sirve para mantener las funciones vitales básicas inconscientes. La inteligencia consciente radica en la corteza cerebral. Sin embargo, cuando las emociones nos dominan, los centros del pensamiento se “desconectan” y pasamos a discurrir con las tripas.

Recientemente se ha desatado una encendida controversia acerca del cartel de la Emakumeen Bira, prueba –lo digo por delante- meritoriamente organizada y mantenida año tras año, casi heróicamente, por la organización, Iurreta Txirrindulari Elkartea. La carrera pone en valor el deporte femenino, tan menospreciado, por lo que converge plenamente con los objetivos del movimiento feminista.

Sin embargo, esto no supone que los organizadores tengan criterio en políticas de igualdad, en feminismo o en violencia simbólica (la ejercida por los medios de comunicación). Como tampoco lo tenemos algunas sobre aspectos técnicos del ciclismo.

Es por ello que hicieron bien en aceptar la petición de la asociación de mujeres local Anderebide y la recomendación del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde de retirar el cartel que habían elegido para la carrera, y que unas y otras consideraron sexista.

Llovieron los insultos e incluso las amenazas a la asociación local de mujeres, más producto de las pasiones que del razonamiento. Así funciona el machismo recalcitrante.

Llovieron los insultos e incluso las amenazas a la asociación local de mujeres, más producto de las pasiones que del razonamiento. Así funciona el machismo recalcitrante. Porque lo cierto es que el cartel ofrece una imagen estereotipada de las mujeres. Es decir, como argumentan desde Anderebide, resalta lo que la socialización patriarcal establece como valores femeninos: dulzura, cariño etc. en lugar de los propiamente asociados al deporte: esfuerzo, perseverancia, superación… Por lo que este pequeño detalle podría haber dado al traste con cualquier buena intención.

No olvidemos que el cartel es un medio de comunicación y, como tal, se supone que reflejo de la existencia. Si lo que muestra es un cliché machista, la realidad que pretende representar y resaltar queda desfigurada.

Y, en medio de la refriega, a no perder de vista un detalle importantísimo: Anderebide se ha limitado a opinar. No se puede decir lo mismo de sus detractores, que con sus actitudes han vuelto a demostrar que el machismo y la violencia son elementos inseparables: que el machismo es exaltación y que piensa con las tripas. Claro que esto no tiene nada que ver con la inteligencia intestinal.

Mertxe Arratibel es periodista en andra.eus