Han votat!

Hem votat!!!! Fue el grito que desató la euforia entre las cientos de personas concentradas delante del colegio electoral de la escuela de idiomas de Drassanes, en El Raval, cuando pasadas las nueve de la noche se anunciaba que el recuento había finalizado. Una lluvia de papeletas y confeti lanzada desde el balcón aderezaba la fiesta al cántico de “Dónde están las papeletas, las papeletas, las papeletas dónde están….” que se había popularizado durante los registros policiales de imprentas a lo Mortadelo y Filemón. Explotaban así en euforia largas horas de tensión acumulada ante la posibilidad de aparición de la Guardia Civil o la Policía Nacional; y estos no reparten confeti precisamente.

Cinco concejales de EH Bildu de Durango habíamos acudido a cubrir la jornada electoral como visitantes internacionales, invitados por la Associació de Municipis per la Independència, a través de Udalbiltza, junto a gentes de Quebec, Suiza, Alemania, Croacia, Escocia…. Desde nuestra llegada el jueves se percibía en las calles una efervescente mezcla de ilusión, determinación y activismo. Multitud de esteladas y banderolas del Sí en casas y bares, sonoras caceroladas, pancartas, pintadas… Y sin duda, también nerviosismo: “el domingo la van a liar”.

El acto de final de campaña del viernes adquirió un tono épico por parte de todos los participantes: la sociedad civil, los partidos Esquerra Unida i Alternativa, Podem, Barcelona en Comú, CUP, ERC, PdCat, el presidente y vicepresidente Catalunya…. Los bomberos, aclamados al grito de “Els bombers seran sempre nostres!”. También actuaciones musicales, incluido el retorno puntual al escenario de Lluís Llach. Y humor, y caretas de Piolín entre el público. Cuatro horas de épica, convenientemente abastecidas por los lateros. En el ambiente, la sensación de estar viviendo un momento histórico. Se trataba ya de una cuestión de derechos y libertades; “Votar es democracia”, algo tan evidente, era el lema principal sobre el escenario.

También desde el viernes los colegios habían organizado una variada agenda de actividades para sortear su cierre: talleres, comidas populares… Algunos con sorna organizaban talleres de papiroflexia o de construir colas… Gentes de todas las edades tomaban parte.

El domingo nos pusimos en marcha desde primera hora. La AMI nos distribuyó en diferentes zonas: Barcelona, Girona, Vic, Manresa…. La llegada a los colegios resultaba brutalmente emocionante. Cientos de personas los custodiaban, desbordantes de ilusión, desde primera hora; algunos y algunas incluso habían dormido ahí desde el viernes. Los mossos eran recibidos con aplausos; aún más la llegada de personas mayores. También lo fuimos los y las visitantes internacionales. Y entre aplausos llegaron también puntuales urnas y papeletas. Canciones y lemas como “Votarem”, “Els carrers seran sempre nostres”, “No tinc por” o “No pasarán” animaban la espera derivada de los problemas de comunicación con la aplicación informática que validaba a los votantes. Se respiraba auténtica ilusión: la gente entraba papeleta en mano entre aplausos. Muchos lloraban al votar. En Manresa, una joven sentada en la acera hablaba con una amiga envuelta en la rojigualda; en otro lugar, otro joven había acudido así a votar No entre aplausos.

A medida que llegaban noticias de la brutalidad policial de los piolines, la tensión aumentaba. Antidisturbios contra votos.  Estado de shock, no se lo podían creer. Nuestras visitas sumaban a los aplausos palabras de agradecimiento, abrazos emocionados: “Ayudadnos, contad lo que nos están haciendo”…. Es lo que intentamos ahora cumplir.

Las horas finales resultaron especialmente tensas: los rumores de asaltos inminentes se extendían en muchos colegios. Sin embargo, las imágenes de la mañana habían estremecido y avergonzado al mundo: la estrategia de la fuerza bruta había fracasado, era inviable ya.

Las gentes de Catalunya votaron. Con ilusión, tenacidad, determinación, serenidad, alegría, emoción y sin miedo. Se constituyeron en sujeto político soberano, dueño de su decisión. Y ya nada volverá a ser igual. Las concentraciones de protesta por la brutalidad policial del lunes y la masiva huelga general del martes devolvían una frase de Rajoy: “Los catalanes hacemos cosas”. Enfrente, la versión monárquica del “A por ellos”. Así que seguirán haciendo cosas. El shock del domingo ha supuesto una ruptura no ya solo política sino también emocional, es ya una cuestión de democracia y dignidad. Asistimos a un acto de desobediencia civil masivo, una revolución cívica que pasara a los libros de historia. Un privilegio haber sido testigos, ayudar en lo posible, y un compromiso contarlo. Han votat!

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Ion Andoni del Amo es profesor de Educación Social en la Facultad de Magisterio y exconcejal de EH Bildu de Durango