El pacto

Sorprendido y mucho. Contento, ¡cómo no!, y a la espera como Santo Tomás para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Ya saben la máxima del desconfiado santo: ver, contar, guardar y creer.

Me estoy refiriendo al pacto de gobierno de suscrito el 12 de noviembre entre el PSOE  y UP, como ya habrán adivinado. Tengo al respecto un sabor agridulce porque se han perdido siete meses en los cuales se han cruzado descalificaciones innecesarias además de improcedentes, cuestiones que se quiera o no siempre dejan huella.

Se han tenido que dar para llegar a ese acuerdo una serie de situaciones rocambolescas siendo la primera de ellas la actitud torpe, cerril más bien, por parte de Ciudadanos que en abril habría tenido a huevo conformar un acuerdo con el PSOE,  pero la estupidez de Rivera de la mano de una desmedida ambición le llevó a quemarse las alas como a Icaro. Pensaba que estaba a un tiro de piedra de desbancar al PP como referente de la derecha española y que aliándose con el PSOE su chance perdería posiciones. Craso error por su parte ya que tuvieron una ocasión de oro para tocar poder y por si fuera poco, a partir de ese momento ha discurrido por la política dando tumbos con el resultado final conocido.

La repetición de las elecciones ha dado lugar a otro efecto indeseado, otra manifestación de Rocambole, como es la irrupción con mucha fuerza de ese partido de extrema derecha que parece surgido directamente del medievo. Pero lo que son las cosas, paradójicamente ese reforzamiento, esa aparición como tercera fuerza política del país, aliado al temor del PSOE por hacer unas nuevas elecciones, pienso que han servido como catalizadores para gestar el pacto referido.

Por otra parte nunca llueve a gusto de todos y los que ostentan el poder económico pensarán que sus queridos “mercados” se van a resentir, pero a esa situación se ha llegado como segunda derivada ya que la primera fue la –afortunadamente– oportunidad que perdieron por no presionar al Sr. Rivera suficientemente.

Espero y deseo que se forme la mayoría necesaria para formar gobierno tras lo cual les esperan cuatro años muy, pero que muy duros, porque van a tener una oposición feroz por parte de los que no han quedado satisfechos con el pacto, que son muchos. Legión más bien.

Rafael Hidalgo