Desde el otro hemisferio (mío también)

-¿Qué haces tú por aquí siendo las fiestas de Durango?- me preguntó aquella señora a la que no veía los ojos porque los llevaba escondidos tras unas gafas negrísimas.

Me ví reflejado en ellas y fue entonces cuando reaccioné:

-Ya ves, tiene que haber gente para todo, hay personas a las que le gustan las fiestas de Durango, a mi ahora me gusta el ciclo-cross.

-¿Sabrás quien soy verdad?

-Pues no caigo ahora mismo. De todas formas desconfío de las personas a las que no puedo ver sus ojos porque ello me impide observar un rasgo importante en su actitud.

Pues debían ser las fiestas de mi pueblo porque a mi regreso no pude encontrar una plaza de aparcamiento a 100 metros a la redonda desde mi domicilio.

Agresiones, atropellos, desperdicios, coches encima de las aceras, orines, unos “colgados” tratando de colocar su mierda a un par de secretas, disfrazados, bailongos, concursos de cocina, vejetes y los vecinos que no pegan ojo durante unas cuantas noches en zonas puntuales de la kalejira popular de las madrugadas.

-¿Te has dado cuenta de que vas por la calle hablando sólo?- me dice mi vecino.

-Y riéndome ¿sabes?- porque acabo de ver a un señor uniformado de gris en cuya chaqueta, al borde de la solapa, he podido leer únicamente …”vicio al cliente”, y resulta que ha funcionado la asociación de ideas:

a) Me he acordado de los “camellos” que ofrecieron droga a dos policías de paisano.

b) El señor de la chaqueta del “…vicio al cliente” pasó por mi casa hace ocho días a ofrecerme un paquete de televisión por cable que incluía tropecientos canales con programas y películas para todos los gustos, además de los partidos de fútbol de la Champions, todo por un módico precio. Todavía no le han metido en la cárcel.

c) Un “puticlub” patrocina un equipo ciclista. Desgrava en Hacienda.

d) La camarera del bar de enfrente acaba de depositar en el contenedor verde (me he quedado conversando con ella para contar): cinco lámparas de wiski, 14 de champán, 9 de vino, 3 de brandy, 1 de pacharán, 1 de anís, 4 botellas de ginebra, 2 de ron y 1 más de licor de orujo.

Quemaron a Patxikotxu, y hasta el próximo año. Nos lo hemos pasado todos genial. Yo en el ciclo-cross, claro está.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.