Conspiración perruna

Ya lo comenté en mi biografía del facebook. Recientemente andaba con la mosca detrás de la oreja, porque las facturas de teléfono venían crecidas más de lo habitual.

Un programa de TV me puso sobre la pista de los motivos, cuando me informaron de que el perro de un tal Pablo Iglesias tenía la facultad de hablar. ¡Ya lo pillé!

Interpelé a mi Txispi sobre el asunto y saltó sobre el alféizar de la ventana, amenazando con lanzarse al vacío si pretendía castigarle. Se había delatado.

Luego me comentó que charlaba frecuentemente por teléfono con Tirso para analizar el estado de la nación.

-Hemos ganado en derechos -me explicó- pero todavía queda un largo camino por recorrer en este perro mundo. Después de conseguir las parcelas exclusivas para nuestra raza en diferentes ciudades y pueblos, hemos logrado que sea ilegal cortarnos el rabo y ahora vamos a conseguir que se impida exhibirnos en los circos como perros volatineros. Además, para aquellos que tengamos más de diez años, negociaremos con el gremio de los perruqueros para que el arreglo de nuestras “lanas” sea a precio de jubilado y la limpieza del sarro de los dientes entre por la Seguridad Social.

Mafalda ya cumplió los cincuenta y Pulgoso pasó a mejor vida, o no sé, porque se murió “descojonándose” de todo y de todos. Era mi progama favorito de dibujos animados.

El otro día me enviaron un vídeo en el que un amigo de mi Txispi caía de un yate al agua en alta mar y cuando iba a ser atacado por un tiburón, entró en acción un inteligente delfín que salvó la vida in extremis al azorado chucho.

Desde ese momento, comencé a sopesar la posibilidad de ampliar el baño y traerme a casa al simpático Flipper, para que mi fiel y leal tuso pueda tener compañía y se dedique menos a conspirar con animales sin pedigree, izquierdosos y progres.

Todo sea que este par de pillines se aprendan el número de teléfono de alguna línea caliente y resulte peor el remedio que la enfermedad. Tendré que gastarme un pico en vacunarlos.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.