Competir, compartir

Los tiempos cambian, y en este siglo XXI las culturas y etnias se entrecruzan, algunos viven todavía con una cierta obsesión de reforzar los elementos que nos dividen y enfrentan, otros en superar las diferencias y convivir en el respeto mutuo.

Y las fiestas locales marcan el punto álgido de estas dos tendencias.

En algún pueblo de la margen izquierda se han sacado de la manga unas Fiestas de San Keremos. A nivel europeo, en tiempos había Sindicatos Católicos, que luego cambiaron en Sindicatos Cristianos, y todavía hoy subsiste una denominación de Partidos afiliados a una cierta Democracia Cristiana. Pero ya este calificativo está cayendo en desuso.

Entre algunos ambientes musulmanes se sueña en dar vida en Europa a partidos políticos de este signo. Entre los europeos, por el contrario, se plantea la estrategia de impedir esta tendencia, pero al mismo tiempo se defiende el carácter “laico” y abierto de las propuestas políticas propias.

El ejemplo de la citada localidad de la margen izquierda no cunde. Las fiestas locales siguen llevando los nombres de SanPedros y SantasIsabeles y Carmenes y Santanatxus. SanMigelak etc…

Por su parte, colectivos musulmanes celebran su fin del Ramadán invitando a participar a todo el mundo, y el colectivo de Ongi Etorri Errefuxiatuek de Amorebieta ha invitado a los musulmanes a participar en el concurso de Marmitako, mientras el programa oficial de Zornotza mantiene su tradicional homenaje a los aitites con una Misa en la parroquia y un ramo de flores a la puerta del templo a los más ancianos. .

En pleno siglo XXI, con la separación de Iglesia y Estado como dogma político, cada grupo cultural, o religioso tendría el mismo derecho a celebrar sus fiestas tradicionales, pero ninguno tendría derecho a celebrar como acto oficial las fiestas de una tradición o cultura. Los estados y las entidades oficiales se definen como laicos y reconocen a todos los ciudadanos la igualdad de derechos.

Bien haya la noble y leal competición con las mismas reglas de juego para todos, y bien haya el empeño en compartir todo aquello en que debemos sentirnos conciudadanos y solidarios.

Honorio Cadarso es periodista