Cacerolada

Eran no menos de 500 personas, de tres generaciones entre cuatro y noventa años, eran varios cientos de silbatos desmadrados y no pocas cacerolas, sartenes, todos en ebullición, eran gritos por el estilo de “No es agresión, es VIOLACION”. “Hermana, nosotros sí te creemos”. Y alrededor cuatro enormes pancartas con consignas en idénticas consignas y protestas.

Una más entre todas las concentraciones y actos de protesta ciudadana que se han producido estos días en el Duranguesado y en todo el territorio del Estado.

Las críticas a la Justicia española se multiplican: por la cuestión catalana y los presos que ha originado entre los líderes de la causa independentista, por los procesados de Alsasua, para los cuales el fiscal pide penas por el orden de más de 70 años de cárcel (curioso que para los de La Manada de Pamplona las penas sean solo de 9 años…sale mucho más barato abusar sexualmente de una mujer en once penetraciones que agredir a representantes de la ley en un  bar), y por fin esta historia de La Manada.

Ciertamente, estas críticas a la justicia no dejan en buen lugar a la marca España. Algunos parecen decir que estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado, los portavoces de las asociaciones judiciales reclaman respeto y comprensión para los jueces, incluido el que votó por la absolución de los procesados de La Manada.

Y como siempre, a toro pasado, la autoridad del estado reconoce que hay que revisar la legislación penal que afecta a delitos contra las mujeres, como si hasta ahora no se hubiesen dado cuenta de que esa legislación es muy deficiente y permisiva y perjudica los derechos mínimos de las mujeres.

Y mientras tanto nos hacemos cruces de la esclavitud y abusos a los que están sometidas las mujeres de otras religiones y las de Boko Haran de Nigeria, y del tiro al cerebro que recibió la Premio Nobel Malala, y las que trabajan para las grandes marcas de tejidos ultrabaratos que vestimos en Occidente. Y de que España figura entre los países donde la prostitución tiene más fuerza y produce más beneficios…

Es igual, más de un millón de ciudadanos han firmado pidiendo la inhabilitación de los tres jueces, y las condenas al funcionamiento de la justicia española siguen. En la península, en Europa, en la prensa de los países que se consideran civilizados…

Honorio Cadarso es periodista