Bilbankilandia

Al filo de una Navidad  de pateras a mogollón, publicidad de perfumes a idem, promesas de mejorar la calidad del empleo tras haber mejorado la fiscalidad a las empresas vascas, que eso es lo primero y más importante, el año se nos presenta con su abanico de subidas de precios en el gas, la electricidad, el petróleo, etc. etc. Y con unas ofertas tentadoras para que nos aseguremos la jubilación con planes a cuenta de los bancos en el poder.

Porque lo que es la jubilación a cuenta de los años trabajados el gobierno se está encargando de bombardearnos con que si los fondos de reserva se agotan, que las cotizaciones a la Seguridad Social van a la baja por culpa del paro y de los bajos salarios, y de aconsejarnos que metamos nuestros ahorros en los bancos…

Y uno se entera de que una empleada de farmacia ha tenido que trabajar trece horas seguidas de guardia el primer día del año… Y las fuerzas del orden siguen controlando a pie de puerto los movimientos de los refugiados y el embarque de armamento hacia las zonas del planeta que viven conflictos bélicos encendidos y mantenidos por los Césares Augustos y Herodes el Grande con nombres de Trump o Netanyahu, o de califas e imanes.

Al parecer el primer niño del año nacido en Euskadi lleva apellidos rumanos. Porque entre nosotros la natalidad está “viviendo” sus horas más bajas y las madres que dan a luz son en buena proporción recién llegadas de países del Tercer Mundo o de fuera de la Unión Europea.

Y los periódicos se llenan con elogios de los sectores de la industria que protagonizan el desarrollo económico de Euskadi, como el automóvil o las energías limpias o la industria ferroviaria, guardando un discreto silencio sobre el peso de la industria armamentística y el comercio de sus productos que salen del puerto de Bilbao.

Mientras tanto, un libro que está pegando fuerte en el mercado, ‘Patria’, al parecer destaca que Euskadi está pasando página de los años de violencia pasados, aunque otros se lamentan de que ya va siendo hora de solucionar el problema de los presos vascos que siguen todavía en prisión mediante un acuerdo consensuado entre todas las fuerzas políticas.

Se acabó la Navidad, aumentó el consumo estos días hasta el exceso y el derroche y el sobrepeso y las grasas.

Y el Niño Jesús mientras tanto que si lo devuelven a Africa, que si se vuelve a embarcar en una patera, que si se ha quedado aparcado en un campo de refugiados en Grecia, o en una prisión habilitada al efecto en las costas andaluzas…

Honorio Cadarso es periodista