Apoltronados

A lo largo de los 30 años precedentes, esa ha sido una de las acusaciones principales que hemos tenido que escuchar (y sufrir) quienes, desde las filas de EAJ-PNV hemos ocupado los más diversos cargos en todo tipo de instituciones que las ciudadanas y ciudadanos han tenido a bien otorgarnos dirigir. Nuestra larga historia democrática y nuestro compromiso con esta Patria nos han guiado para tratar de corresponder con la mayor de las responsabilidades a tanta confianza depositada en nosotras y nosotros.

Sin embargo, ya apuntaba al inicio de esta columna la cuestión de quienes han tratado de torpedear sistemáticamente lo que otras y otros con tanto esfuerzo hemos venido construyendo. Ha sido práctica habitual de la Izquierda Abertzale, además de todas las justificaciones de lo injustificable, tildar al adversario político de cualquier tipo de lindeza rozando (cuando no traspasando descaradamente) el insulto, bien en comparecencias directas, bien a través de personas interpuestas, en medios de comunicación, o en pintadas en plena calle.

Así las cosas, no ha sido extraño que despectivamente llamaran “Parlamento Vascongado” al Parlamento en el que hoy por hoy tiene a bien intervenir y tildaran de “anacronismo” los mismos Derechos Históricos que hace dos días señalaban como cuestión fundamental en el desarrollo singular de este País. Tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde que, por imperativo legal y orden judicial, autoridades varias tuvieran que colocar la bandera española en los edificios oficiales de instituciones gobernadas por EAJ-PNV como Ayuntamientos, Juntas Generales o Parlamento Vasco, colocándonos, inmediatamente el cartel de “españoles” en letras rojigualdas. Sin embargo, cuando las autoridades de la Izquierda Abertzale se han visto obligadas exactamente a lo mismo no ha habido (hasta donde yo sé) pintadas señalatorias en rojo y amarillo en sus sedes. ¿O sí?

En cualquier caso, probablemente el caso más curioso sea el de aquellas y aquellos que, señalándonos con el dedo inquisidor como “apoltronados” ocupan ahora, con toda pompa y boato, esos lugares preeminentes en las instituciones, incluso en aquellas que consideraban (eran otros tiempos, al parecer) “trasnochadas” (léase, Diputaciones Forales). Aún con todo, siguen tratando de acaparar los más diversos y variopintos cargos: sin ir más lejos, en el Ayuntamiento de Durango han sellado un acuerdo con el PSE para acaparar (por turnos) aquellos cargos de representación supramunicipal que tengan que designarse por el Pleno del Ayuntamiento. Ello no significa, en ningún caso, que lleven a cabo el cometido que se autootorgan, ni mucho menos, ahí está, como botón de muestra, el nulo trabajo que han llevado a cabo los representantes en el Consejo del Mercado de Baserritarras, nombrados sí, pero ni están, ni se les espera.

Goiztidi Díaz es concejala en Durango (EAJ-PNV)