¡Por fin! El fin de semana deportivo ha acabado

Se acabó el fin de semana y eso es mala señal para la mayoría, curiosamente así suelen pensar la inmensa mayoría de afortunados trabajadores que el lunes tienen que volver a sus oficinas o puestos de trabajo allá donde los lleven a cabo. Para mí es una pequeña liberación que llegue el lunes y seguro que al final del texto me entienden.

También soy de ese grupo de privilegiados que hoy en día tienen un trabajo, o varios porque así somos los autónomos, por lo cual quejarse de la mayor o menor dureza del mismo pues incomoda, y con razón, a muchos, pero eso no significa que no nos merezcamos nuestro minuto de deshago al día por lo cansados que estamos.

Para mí el fin de semana empezó el viernes. Para las 16 horas debía de estar en La Peña, para las 17 horas en Begoñazpi Ikastola (Bilbo), a las 18 horas en Usansolo y a las 18,45 horas en Landako. Motivos, este fin de semana se han disputado las Fases Finales en categoría júnior teniendo como sedes La Peña y Usansolo y había que sacar fotos y ver algo de algún partido para tener la información necesaria para poder escribir una crónica en condiciones. Coordinar el baloncesto en la Ikastola es lo que me obliga a pasarme por Begoñazpi, allí confirmar que está todo en orden, que los entrenadores hacen su trabajo, que los niños están bien y resolver dudas a los aitas y amas es mi obligación. Y en la faceta de entrenadora del Zornotza Cadete Femenino tocaba dirigir el partido en Landako contra el Tabirako de Liga Vasca. La maratón acabó en Lemoa a las 00,30 horas…

De este viernes la cuestión más positiva la saqué como entrenadora, cuando diriges a un equipo que se esfuerza, entrega y compite al límite de sus posibilidades ante un equipo superior, la sensación sólo puede ser positiva. Perder de 25 e irte contento para casa es algo posible. Siempre hay que pensar más allá del resultado y leer cosas que muchos de los que están en la grada ni si quiera entienden lo muy difícil que es de conseguir…

El sábado tocaba otra maratón que comenzaba a las 8 de la mañana. Había que estar lista porque a las 9,30 horas había que arbitrar un partido en Begoñazpi. Allí las dos primeras quejas de un aita de la grada incomodan sobre todo cuando es por ignorancia del reglamento. Claro que eso contrasta con la sensación de que has hecho algo tan ingrato como es arbitrar pero al final del partido el entrenador de ese equipo te felicita por el arbitraje en un partido en el que su propio equipo pierde por 2 puntos. El entrenador era un chico joven de Padura y obviamente se agradece esa actitud y el saber reconocer el esfuerzo y la intención de hacerlo bien aunque seguro que en más de una ocasión me equivoqué.

La mañana no se acaba ahí, ¡quedaban otros tres partidos por arbitrar en el Liceo Francés! Los más pequeños, los que están empezando, compiten en la modalidad 3×3 y da gusto verles disfrutar. Hay niños que no duermen bien o se despiertan antes de tiempo porque ese sábado tienen partido. Es una gozada ver sus caras, sólo por eso merece la pena hacer las 2 horas arbitrando. Y aquí destacar la genial actitud y deportividad de la entrenadora y delegado de Intxisu Ikastola. Ojalá todos entendieran el deporte de la misma manera.

La sesión matinal había acabado pero quedaba la vespertina. Contar lo que sucedería en dos de los partidos de la Fases Finales Júniors, ahora en Usánsolo, me llevaría toda la tarde y parte de la noche. De ese rato largo que me paso allí trabajando me quedo con dos apuntes. Por un lado, cómo 4 personas con voluntad en un pueblo pequeño como Usánsolo pueden sacar adelante un club para que niños y niñas hagan deporte y haciéndolo todo con poca ayuda y mucha voluntad y cariño. Zorionak Julen! Y en segundo lugar la victoria del Tabirako júnior o mejor dicho, cómo el Getxo deja escapar el triunfo cuando a 17 segundos del final estaba 4 arriba. Increíble la fe de las cafeteras y me apunto como nombre interesante, el de Gorane Urain. Hacia la medianoche cruzaba la meta de mi particular maratón.

Quedaba el domingo y 2 crónicas matutinas con servicio de fotografía incluido y paseo por La Peña y Usánsolo. He vivido muchas situaciones en el mundo del baloncesto pero ahora no recuerdo nada igual a lo del encuentro que cerraba la lucha por el título de Bizkaia Júnior Femenino. Acaba el último encuentro, gana Loiola de 2 puntos a Tabirako y nadie sabe si celebrarlo o no porque entraban bilbaínas y durangarras en un triple empate con Getxo y ahí, al final, las getxotarras se llevan el campeonato.

Contaba con 15 minutos para comer y preparar el siguiente y último partido del fin de semana, dirigir el segundo encuentro de la eliminatoria con el Tabirako. Volvemos a competir, a dar la cara, a poner en aprietos a un equipo mejor, y me marcho orgullosa del equipo al que he entrenado toda la temporada, de la evolución de las jugadoras y de cómo ha crecido el equipo en estos meses. La derrota fue ahora por 8 puntos, lo de menos, insisto, el resultado, ojo, también cuando ganamos.

Por lo tanto, hablar de deporte, del duelo Messi-Ronaldo por la bota de oro, de la polémica de Nadal con la tierra batida azul, del descenso del histórico Estudiantes a la Adecco Oro, de los maletines, o de todo aquello que ha sucedido más allá de los 2 partidos que he dirigido, de los 4 encuentros que he arbitrado, y de los 5 encuentros sobre los que he visto y escrito…como comprenderán, me resulta difícil y ahora entenderán que pueda afirmar que afortunadamente, el fin de semana se ha acabado.

Naia Fernández es periodista