Mujeres artesanas sacan a la calle su trabajo

Tres mujeres artesanas de la comarca, Olga Uribe (tejedora), Carmen Pérez (ceramista) y Puri Sarrionandia (encuadernadora) sacarán a la calle su labor durante estos días. Trabajarán de cara al público desde mañana y hasta el domingo en Kalebarria 36 bajo, sede de los talleres ‘Liber’ y ‘Zamua’ propiedad de dos de ellas.

La artesanía, ayer como hoy, es un trabajo que se desempeña en la soledad del taller. La intención de esta iniciativa es que se conozca y aprecie. Todo ello aprovechando la multitud que se espera que visitará la localidad durante los ‘Sanfaustos’. La tienda ‘Liber’ se vaciará para montar el taller de encuadernación y de tejeduría. En el patio, se exhibirán los trabajos de cerámica.

La idea surgió porque “tenemos un local precioso y decidimos aprovecharlo”. Además, vieron “la necesidad de que se conozca el trabajo artesano porque la gente mira mucho el precio, pero no valora todo el trabajo que hay por detrás”, explica Puri Sarrionandia. A esto tercia Olga Uribe que el problema es que “somos buenas trabajando pero no saliendo a la calle”. Esta es, pues, una experiencia nueva para ellas que si marcha bien piensan repetir.

Pero ¿quién es y cómo trabaja cada una?

Puri Sarrionandia, encuadernadora

Regenta el taller-tienda ‘Liber’ y se dedica a la encuadernación y al diseño desde hace 14 años, tras estudiar Artes Gráficas, una formación que ya no existe. Es una de las pocas encuadernadoras artesanas que quedan en Bizkaia y, como sus compañeras, se aplica a su vocación durante las horas que hagan falta. “Son encargos personalizados: cajas para libros de empresas, escritos de gente que los quiere encuadernar. Cada trabajo se adapta a las características de la persona o del libro”.

Puri es una emprendedora nata. Comenzó a estudiar con 45 años, cuando se quedó en paro y, como no hay mal que por bien no venga, ello le proporcionó la oportunidad para convertir en vocación su “afición de toda la vida”. Ahora compagina su oficio con la venta de productos propios y ajenos en la tienda que regenta. Allí exhibe también piezas elaboradas por Olga Uribe.

Olga Uribe, tejedora

Olga Uribe, 28 años trabajando en la tejeduría, tuvo su taller, ‘Zamua’, en el primer piso del edificio de Kalebarria. Después trasladó los telares al caserío donde reside y ahora muestra allí sus trabajos. Olga es una investigadora del textil tradicional vasco. Pasó entre tres y cuatro años yendo periódicamente al Mueso Etnográfico de Bilbao (Ahora Museo de Arte e Historia) para reproducir fielmente piezas antiguas.

Nadie había hecho hasta entonces ese trabajo, entre otros motivos porque no existía un telar adecuado.  “No constaba nada por escrito y cuando descubrí cuál era la técnica preparé el telar en casa adaptándolo a las necesidades para reproducir esas piezas, que tienen una apariencia muy sobria pero son difíciles de trabajar, requieren mucha paciencia”.

Ahora, este trabajo de recuperación “está parado” porque “no tiene salida comercial” y se dedica sobre todo a tejer chales y bufandas, además de complementos del hogar en lino cien por cien tradicional. También confecciona chales de seda.

Habrá otra oportunidad de verle manejando su telar el próximo día 21 en Iurreta, dentro de un ciclo de conferencias dedicado al textil vasco.

Carmen Pérez, ceramista

Carmen Pérez, más que artesana, es una artista de la cerámica. Le apasiona el modelado. Tanto que incluso a las piezas de vajilla les da forma escultórica para que además de ser útiles resulten sugestivas. Carmen descubrió la cerámica hace 30 años. Acudió a estudiar en la Escuela de Enseñanzas Artesanales de Deba y lo suyo con el barro fue un flechazo. “Fue un descubrimiento. Me admiró la rapidez con la que transmites algo, un dedo deja una huella rápidamente. Vi que era lo mío”.

Empezó a dar clases de cerámica en el matadero y después se ha dedicado a enseñar y a la escultura, “lo que más me gusta”, señala. También ha enseñado en el psiquiátrico de Zaldibar, en Pinondo Etxea y en diversos colegios.

Como Olga, tiene el taller en un caserío de Mañaria, donde trabaja para las ferias porque las esculturas “no se vendían mucho”. Comenzó a elaborar objetos más funcionales pero las modela como esculturas. Y gustan. Recientemente, el propietario del Restaurante Yandiola de Bilbao se llevó todo lo que tenía.

También ha comenzado a emplear nuevas técnicas como el raku, que procede de Oriente. Se saca el barro del horno al rojo vivo y se introduce en material orgánico para una reducción fuerte. Tal vez lleve esta técnica, “muy vistosa”, a estas jornadas de “puertas abiertas”.