Las viviendas de Durango tendrán que ser más habitables, flexibles
y seguras para las mujeres

El urbanismo no es neutro, por lo que cada vez se antoja más necesario incluir la perspectiva de género en cualquier plan de desarrollo urbanístico que busque construir un municipio más equitativo y seguro para las mujeres. El Ayuntamiento de Durango lleva ya un tiempo trabajando la igualdad de forma transversal y, fruto de ese empeño, aprobará en el pleno de esta semana una modificación de la ordenanza municipal de Sostenibilidad y Medio Ambiente que va a suponer un hito en el mapa del urbanismo inclusivo en Euskadi.

“No hay ninguna ordenanza tan completa porque no solo se ha buscado reforzar la seguridad y eliminar puntos negros, sino que también incide directamente en la distribución de las viviendas”, apunta Ane Abarrategi, de la consultoría Tipi, que ya se ocupó del segundo Mapa de la Ciudad Prohibida.

Así, las casas que se van a construir en Durango en los próximos años serán más habitables teniendo en cuenta tres premisas fundamentales: que las unidades familiares son cada vez más diversas, que las viviendas deben ser capaces de adaptarse a las diferentes etapas de la vida y que en ellas no solo se descansa, sino que también se trabaja.

Como primer bloque de medidas, la ordenanza exigirá que los portales se encuentren en las fachadas principales y no en puntos ciegos o poco transitados, y cuenten con iluminación adecuada, tanto en el exterior, como en el interior.

Toda vivienda contará, además, con un trastero anejo con una superficie útil mínima de 4 metros cuadrados, una sala para carritos infantiles y sillas de rueda y, en las promociones de más de veinte viviendas, con un espacio de uso comunitario “donde poder compartir cuidados, jugar o estudiar”.

‘Ciclo del lavado’

En cuanto a la distribución, las zonas húmedas (cocina, ciclo de limpieza ropa y cuartos de aseo) deberán estar agrupadas para que sean pisos flexibles que se puedan reformar sin grandes sobrecostos. El ‘ciclo del lavado’ también contará con un espacio propio con tendedero e instalación para lavadora, secadora y plancha “para evitar que la ropa dé vueltas por toda la casa”.

Otra mejora incluida es que las viviendas tendrán un balcón de 3,60 metros cuadrados de superficie mínima “para mejorar la calidad de vida de las personas mayores que pasan mucho tiempo en casa”. También se apostará por encimeras amplias donde poder trabajar y espacios de almacenamiento situados a una altura adecuada. En el caso de existir más de un cuarto de aseo, deberán garantizar la separación de usos siempre que sea posible: inodoro y lavabo, por un lado, y ducha o bañera y lavabo, por otro.

Para hacer posible esta modificación de la ordenanza que regula la construcción de viviendas en Durango, la consultoría Tipi ha trabajado estrechamente con la Oficina Técnica y el arquitecto municipal, Igor Zorrakin. “Todo el personal se ha mostrado muy receptivo. Así ha sido mucho más fácil poder formales, en primer lugar, y después debatir las distintas aportaciones”, reconocen Abarrategi y la presidenta del área de Igualdad, Pilar Ríos.

Aplicándose ya

También formó parte de este proceso participativo un grupo de mujeres de distintas edades y ocupaciones que ofreció sus ideas e impresiones sobre las barreras urbanísticas que deben franquear en su día a día.

La nueva ordenanza se ha puesto a prueba en dos promociones de viviendas que se están construyendo en Durango. “Lo mejor de todo es que la hemos testado y hemos visto que se puede aplicar”, enfatiza Ríos. “Es más, hemos recibido un feedback positivo del equipo de arquitectura que se ha encargado del diseño de esas casas. Lo que no queríamos hacer por nada del mundo era algo que luego no se pudiera llevar a cabo, así que estamos encantadas”.

El proyecto ha sido subvencionado por el Gobierno Vasco, Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, con la máxima calificación entre todas las propuestas presentadas por diferentes municipios vascos. El proceso comenzó hace año y medio.